Capitulo XI

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Antes de que la luz del sol apareciera e iluminará hasta los rincones más oscuros del lugar cierto alado se estaba deseperezandose para luego estirar sus alas, haces unos días que se quedaron sin carne fresca para poder comer y ya iba siendo hora de ir a cazar algo para alimentar a sus queridos que aún dormían abrazados, dio un vistazo rápido entre los pequeños sacos que contenían diversas especias, hierbas medicinales y diversos frutos del lugar que les había dado el cambiaformas por parte de su viejo amigo George, y la verdad que este le había ahorrado varias horas de búsqueda gracias a su pequeño regalo, también aprovechó para comprobar que tenían suficiente agua para varios días, dándose cuenta de que tendría que pasar por el río cercano en donde solía cazar para reabastecer el agua, luego dirigió su mirada hasta ambos chicos por los cuales daría todo, dormían tranquilamente, el joven pelinegro se encontraba con el rostro hundido en el estómago del demonio el cual lo abrazaba con sus piernas y enrollada su cola a unos de sus brazos, aquel demonio comenzó a palpar sus alrededores somnilentamente en busca de alguien desesperadamente,
- ¿Nick..?- el mencionado fue hacia aquel castaño claro quien reclamaba su presencia a un paso tranquilo, agarró la mano del demonio para luego besar sutilmente la mejilla y los nudillos de este haciendo que uno de sus ojos se abrieran dejando paso al intenso color amarillo de estos,
- Ahora vuelvo, sigue descansando- intento bajar el tono de su voz lo máximo posible, pero no tanto como para que el demonio no pudiera oirlo, aquel ente púrpura volvió a cerrar sus ojos no sin antes despedirse con un corto y dulce beso que dejó en los naturalmente dañados labios del alado, un calor interno de felicidad recorría el cuerpo de aquel azabache cada vez que alguno de aquellos chicos mostraba algo de afecto hacia su persona, esto provocó que una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro, se quedó varias minutos agarrado de la fina mano de Karl hasta que este conciliar el sueño de nuevo, una vez que esto ocurrió soltó su mano para pasarla por la cabellera oscura del humano, esta bajo para acariciar el hermoso rostro del humano por unos segundos, una vez que se despidió de ambos jóvenes se puso en pie y comenzó a andar hasta la entrada de la cueva, una vez que estuvo en el borde de esta alzó el vuelo silenciosamente como si de una lechuza se tratase.
Sobrevolaba el bosque hasta llegar a un inmenso prado que era dividido a la mitad por un pequeño río, aquel lugar era el hogar de diversas familias de liebres que ya tenía localizadas desde hace varios días, analizó cautelosamente el terreno volando en círculos, se llevó varios minutos haciendo ese movimiento hasta que pudo localizar al menos dos entradas de algunas de las madrigueras que había en el lugar, se posó en una rama desde la cual tendrá una vista excelente a la entrada de la madriguera de mayor tamaño, ahora tocaba esperar por un tiempo bastante largo si no tenía suerte, pero al parecer una mancha de un marrón un tanto oscuro salió a toda velocidad siendo alcanzada rápidamente por las manos del alado quien se tiro en picado a por su presa, al ver el tamaño de aquella liebre se dio cuenta de que su suerte no había sido muy buena, pues, se veía que acababa de atrapar una cría de avanzada edad, pero para el seguía siendo una cría, así que no le restaba matarla, simplemente la dejó ir para luego volver a su posición de caza desde la alta rama.

Karl se encontraba peleando con cierto pelinegro el cual no quería levantarse de la cama que no hace muchos días consiguieron construir entre los tres,
- Alex levántate, ya a salido el sol, ayúdame a organizar un poco los sacos- aquel demonio daba pequeñas patadas impacientemente en la espalda del mencionado quien no hacía más que quejarse y refunfuñar,
- Es muy temprano, además, si Nick ha ido a cazar va a tardar en llegar, vuelve a la cama y descansa un poco más- el humano restregaba sus manos por su rostro a modo de protesta haciendo que el castaño grisáceo rodara sus ojos incrédulo por la necesidad de dormir de su amado,
- No entiendo como puedes dormir tanto, ya organizo todo yo solo, gracias por nada- agarró un saco para luego cargarlo en su espalda y llevarlo a una zona que estaba cubierta por una especie de pared de madera fina, esto lo usaban como una especie de despensa por así decirlo mientras que el más bajo daba vueltas en la cama en busca de una postura cómodo y seguir durmiendo plácidamente.
El demonio había cargado varios sacas de menor tamaño para llevarlos a la despensa cuando una voz conocida lo llamaba desde el exterior de la cueva, este obviamente dejó los sacos en su sitio, luego tendría tiempo de organizarlos, y se concentró en ir hasta el llamado, para su grata sorpresa era George montado a lomos de un hermoso caballo de un color marrón canela con manchas rubias y cafés, al tener contacto visual con el amigable joven este lo saludo alegremente,
- Buenos días Karl, te os he traído varias cosas que podían seros de utilidad- el brujo bajo cuidadosamente del alto caballo que luego se transformó en aquel joven alto y alegre quien le sonreía simpaticamente,
- Buenos días Karl- el de ojos verdes seguía a su compañero castaño mientras que soltaba alguna que otra risa,
- Buenos dias George, Clay, pasad, ponerse cómodos, sentiros como en casa- fueron recibidos dulcemente por parte del demonio quien les ayudo a subir hasta el interior de la cueva, señaló a unas pequeñas sillines de madera las cuales tenían algún que otro tallo con ojas u flores al final de estos,
- Si que habéis mejorado esto, la última vez que vinimos no había sillas ni cama ni nada, ¿Nick ha hecho todo a mano?-  al escuchar la pregunta que había soltado aquel brujo el demonio solo pudo reír ante el pensamiento del alado intentado ser bueno en algo que tuviera que ver con las manualidades o la artesanía,
- Ojalá hubiera sido él, Alex tiene buena mano con la madera y el trabajo de las pieles- el cambia formas asentia mientras reía al haberse imaginado como aquel ángel era capaz de quemar  una silla hasta reducirla en cenizas solo por que no le gustó como quedó, y hablando de aquel ángel, el ojiverde observó que este no se encontraba con ellos,
- Y hablando de Nick, ¿Donde está?- el castaño oscuro observó sus alrededores en busca de la cabellera negra que no sea la que se encontraba desperezandose en la cama,
- Ha ido a cazar, suele ir una vez cada dos, tres días, pero tarda bastante en hacerlo- el pelinegro por fin había despertado de su largo sueño para saludar a los repentinos invitados, el rubio oscuro solo asintió  para luego dirigir su mirada al exterior de la cueva y fijarse en el cielo, unas nueves de unos tonos grisáceo comenzaban a tapar el azul celeste del cielo dando señal al duo de que iba siendo hora de irse, tiro de la camisa del brujo varias veces para que esté pudiera observar el cielo,
- Creo que nos tenemos que ir, tiene toda la pinta de que va a llover, toma- le entrego un saco con diversas flores y algún que otro frasco con mejunjes y cremas medicinales, también contenía algún que otro jarabe, luego se dirigieron a él exterior de la cueva para que aquel joven ojiverde se convirtiera en el inmenso caballo que se había convertido anteriormente para luego ver cómo el brujo subía con dificultad e  su lomo, una vez que este se equilibro correctamente, ambos desaparecieron entre la maleza en un trote rápido.
Con el sonido de un estruendoso trueno la caída de pequeñas gotas de agua comenzó sin tener pinta de cesar, pasó un poco más de media hora de lluvia sin cesar hasta que aquel alado hizo aparición por la entrada de aquella cueva con el cuerpo de dos liebres adultas en una de sus manos, estas liebres fueron recogidas por el demonio quien las dejó a un lado para preocuparse en el estado del ángel, el cabello y ropa de estés estaban empapados al igual que sus alas las cuales sacudió un poco en un intento de secarlas,
- Quítate la ropa y métete en la cama, yo preparo las liebres, Alex tu encárgate de secarle bien, no queremos que enferme- las órdenes del demonio era sagradas y por tanto seguidas por ambos pelinegros, el alado despojo sus ropajes húmedos a un lado para meterse en la cama y taparse con la sabana de pieles dejando en el exterior sus inmensas alas, la ropa que este había dejado a un lado fue recogida y tendida cerca de la fogata por el humano, quien tomó un trapo y se sentó en la cama entre sus piernas para luego pasar el trapo cuidadosamente por la suave piel del rostro de aquel ángel mientras le daba algún que otro beso, el ente púrpura estaba ocupado despellejado la segunda liebre para luego almacenar una en sal y preparar la otra con especias para hacer un caldo de liebre. La mano del pelinegro que no se encontraba secando el cabello y el rostro del ángel aprovechó para posarse la cintura de este, el alado no lo tomó en cuenta solo le dedicó una mirada cálida mientras pasaba ambas manos por el cabello del menor revolviendo y juntando sus frentes con cuidado, notó como los suaves labios del demonio tocaban su espalda desnuda haciendo que separarse su rostro del de el humano para juntarlo con el de aquel demonio el cual acababa de poner el cuerpo de la liebre en el caldero junto a varias verduras, notó como el peso de la cama aumentaba al sentir como el de tez púrpura se sentaba detrás de él para abrazarlo con sus piernas por la cintura haciendo que la mano del pelinegro que anteriormente se encontraba en aquel lugar pasara a posicionarse en uno de los muslos del demonio, este recibió una mirada pícara por parte del de ojo oscuro como el carbón dando a entender que pretendía, los ojos dorados del demonio le devolvieron una sonrisa parecida con la mirada para que luego la mirada de ambos se pasara en cierto ángel que estaba intentando hacerse una especie de coleta, pero sus amados tenían otros planes para él, las manos del humano recorrieron las costillas del alado  hacuendo que este sintiera como las cosquillas subían desde esa zona hasta toda la parte superior de su cuerpo haciendo que soltara la coleta y dejando escapar unas sonoras risas, mientras, la cola del demonio tocaba la planta de los pies de este haciendo que pataleara en vano pues, tenía al joven pelinegro sentado encima de estas limitando el movimiento, sus brazos fueron directo a tapar sus costillas pero antes de que el ángel logrará defenderse de aquel ataque sus brazos fueron agarrados por los del demonio con dificultad pero logrando que no se movieran, el sonido de la lluvia y del agua hirviendo eran opacados por las risas de los tres chicos y el hipido del alado quien estaba siendo torturado por cosquillas y pequeños besos que están dejados en todo su cuerpo, este se las apaño finalmente para zafarse del agarre del demonio girandose y agarrar al de ojos dorados firmemente y cambiar de posiciones tumbándolo en el pecho del humano quien lo atrapó con sus  brazos en un cálido abrazo,
- Me traicionas, no lo- antes de que pudiera terminar su frase las rodillas de aquel demonio fueron pellizcadas con cuidado por parte del alado, este sabía mejor que nadie desde es que tenía cosquillas aquel ente haciendo que una risa aún más sonora y escandalosa saliera de su boca, aquella risa era deleite auditivo para los pelinegros, la cola de este se movía frenéticamente de un lado para el otro golpeando suavemente la cata de Alex quien reía ante este gesto, pero las risas del demonio fueron sustituidas por las del joven humano al notar como este atacaba la zona de su barriga, se llevaron varios minutos jugando hasta que se encontraron en una posición demasiado cómoda como para dejarla, el humano se encontraba con la parte trasera de la  cabeza apoyada en el pecho del alado mientras que abrazaba la espalda del demonio, pero esta posición no pudo durar mucho tiempo, tenían una comida la cual servir y comer así que debieron de separarse para tomar una pausa y comer para luego volver a unirse en la misma posición anterior, aquel ángel se encontraba en el paraíso, amaba a aquellos chicos con toda su alma, eran su vida, su felicidad, eran su todo.

La noche ya había caído hace ya varias hora en el pequeño claro, el cambia formas se despedía de la pequeña felina que se restragaba en sus piernas para luego abrir la puerta listo para ir con su "socio" si no hubiera sido por la inesperada presencia del castaño,
- ¿Clay?, ¿a donde vas?, llevas varios días saliendo tarde en la medianoche, ¿te ocurre algo?-la preocupación y la duda eran notable en la voz de su querido amigo, al parecer que este tuviera un sueño profundo no significaba que no era consciente de sus escapadas nocturnas,
- George.., no te preocupes, solo doy una vuelta y vigilo los alrededores, además así despejó un poco la mente de la rutina diaria- aquel ojiverde se encontraba un poco tenso, pero por su suerte sabía ocultarlo bien, aún así el castaño lo miraba con un poco de desconfianza mezclada con cansancio,
- Vamos Georgi, no te preocupes, confía en , sabes de sobra que todo lo que haría sería por tu bien, no quiero que te pase nada malo- el ojiverde agarró las manos del de menor en altura para luego chicar sus narices cariñosamente,
- Lo sé Dreamy.., solo...no vuelvas muy tarde, ¿si?, mañana cuando despierte te quiero ver junto a mí- aquel castaño estaba batallando con sis párpados para lograr que estos se mantuvieran abiertos en lo que duraba aquella conversación cosa que le parecía bastante graciosa y tierna a la vez a aquel cambia formas,
- Sabes de sobra que lo estaré, como todas las mañanas, y luego te prepararé tus setas salteadas qye tanto te gustan, pero ahora debes de descansar- paso una de sus manos por la mejilla izquierda del brujo el cual la recibió gratamente formando su rostro sutilmente contra esta y cerrando los ojos por unos segundos, luego esté depositó un corto beso en la mejilla del ojiverde como despedida,
- Te amo George, duerme tranquilo- rodeó con los brazos a aquel castaño, hace un tiempo se encontraba pensando en lo que estaba haciendo valía la pena, pero en el momento que aquel castaño se encontraba con el sabía que todo lo que estaba haciendo valía eso y más, se separaron para que el rubio oscuro besara la frente cariñosamente del brujo y le hiciera un gesto indicándole de que volviera a la cama, pero el contrario solo se quedó mirándole fijamente,
- ¿Puedes acompañarme como todos los días?- el más alto le dedicó una dulce sonrisa de forma de aprobación, acompañándolo hasta su habitación para luego tapar el cuerpo del de ojos vario color con unas cálidas mantas, le dio las buenas noches para irse finalmente pues sabía que llegaría tarde una vez más pero eso no le importaba mucho la verdad,  pero antes de alejarse de la cama su brazo fue agarrado por las manos del castaño,
- Prométeme que no me dejaras solo ni me abandonaras, por favor..- la mirada cansada del brujo se posaba en el, y esa frase llegó como una daga que se clavaba en lo más profundo de su corazón, haciendo que sus ganas de proteger a aquel chico aumentarán descontroladamente,
- Lo prometo- afirmó seguro de si mismo notando como su compañero se calmaba y conciliaba el sueño de una vez por todas dejando vía libre a su escapada nocturna como muchas anteriores.

Fallen || Karlnapity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora