¡Pues Yo Soy Su Padre!

Capítulo #25

Camilla

Me encontraba camino al altar con el resto de la corte nupcial de Majo y Cris, iba tomada del brazo de Gabriel, Maria José había decidido que cada una de las damas entrara con un caballero y quien es su esposo bajo las leyes del hombre y pronto bajo las leyes de Dios acepto.

-¿No sé si te ves mejor con este vestido o con el de ayer? - Gabriel me susurra acercándose un poco a mí.

- Me veré mejor mañan-- le respondo

- No hay forma de que contestes bien a un cumplido- casi siempre es así o le respondo con alguna frase sarcástica de mi parte, con una pregunta que muestra supuesta desconfianza sobre mí; pero no existe, o con esa frase, pero muy pocas veces es con un "gracias", "tú también" o alguna otra.

- Gracias

Llegamos al altar y cada uno tomo su lugar a cada uno de los extremos esperando el ingreso de la novia quien venia del brazo de su padre, se veía completamente hermosa con su vestido blanco, caminando tan airosa y elegante.

- Buenas tarde hermanos- empezó a hablar el sacerdote-nos encontramos el día de hoy para unir en Santo matrimonio a Maria José y a Cristopher - el cura seguí hablando dando inicio a la celebración del sacramento.

Minutos después se dio paso a la liturgia de la palabra, donde me toco participar leyendo una de las lecturas pertenecientes al rito, junto a Mare y al amigo de Cris. El sacerdote continuo con la proclamación del evangelio y posteriormente con la homilía; hablando un poco de que era el matrimonio y la forma de vivirlo indicando que el pilar de todo era el respeto. Mientras el sacerdote hablaba me doy cuenta de las miradas entre Mare y su hermano, por lo que me volteo a verla para que deje de distraerse.

- Es de suma importancia- me dice- si escuchaste- no entendía a que venía lo que Mare decía.

- Deja de distraerte y distraerme- le dije regresando mi atención al sacerdote

- Me refiero a mi hermano- volví mi mirada a ella, para después ver a Gabriel- uno de los dos tiene que dar el siguiente paso, o talvez saltarse algunos.

-¿Qué quieres decir? - creo que Gabriel sintió que lo estaba mirando por que hizo lo mismo, sosteniéndonos la mirada y solo sonreímos

- Eso es lo que quiero decir- dijo al mismo tiempo que el sacerdote terminaba su sermón.

- Cristopher y Maria José ¿vienen a contraer matrimonio sin ser forzados, libres y de manera voluntaria? - se dio inicio a la lectura del Escrutinio

- Sí, venimos libremente. - ambos responden, el sacerdote continuo con las otras dos preguntas; ¿Están decididos a respetarse y amarse siguiendo la vida del propio matrimonio, durante el resto de su vida? ¿Están dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?, volvieron a responder con un sí.

- Unan sus manos y manifiesten su consentimiento ante Dios y ante la Iglesia- se tomaron de la mano derecha y pronunciaron sus votos, recitaron los votos.

- Yo, Maria José, te recibo a ti, Cristopher, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

-Yo, Cristopher, te recibo a ti, Maria José, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida

- Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre- concluyo el sacerdote, continuo la bendición e intercambio de argollas y lo que faltaba de la Eucaristía, antes de culminar impuso las manos sobre los novios, para darles la bendición y pedir la protección de la unión.