Hyoga x Shun Songfic Compilation

If I Never Knew You

Canción: If I Never Knew You
Intérprete: Jon Secada and Shanice
Película: Pocahontas (1995)

Parte de "If Walls Could Talk".

If I never knew you
If I never felt this love
I would have no inkling of
How precious life can be

Leningrado, Unión Soviética, 1924.

Hyoga se dirigía a su habitación dentro de la komunalka, evitaba hacer contacto visual con las personas de ahí; aún así, sentía todos los pares de ojos posándose sobre él.

Sabían lo que era, una especie que debió de extinguirse con la Revolución. A la mayoría le daba igual lo que fuera, sólo evitaban relacionarse con él; pero no faltaba uno que otro vecino extra nacionalista que quisiera tomar el asunto en sus manos o reportarlo con la policía.

Hyoga llegó a su habitación, anteriormente había sido el estudio de esa gran casa, ahora era todo el espacio con el que Hyoga disponía para vivir. Suspiró ruidosamente mientras se deslizaba hasta el suelo.

Nuevamente lo había perdido todo, justo cuando su vida comenzaba a enderezarse y a cobrar sentido otra vez.

Si los británicos hubieran acatado la ley y lo hubieran enviado a prisión...

Si no hubiera llevado a Shun a ese club...

Si la señorita Murdoch hubiera cerrado la boca y ocupado de sus propios asuntos...

Si Shun hubiera accedido irse a Francia con él...

Si la homosexualidad no fuera ilegal...

Si jamás lo hubiera conocido...

Frenó sus pensamientos de inmediato.

Terminar en Londres fue lo mejor que le pudo haber pasado. No porque aquella ciudad lo hubiera recibido con los brazos abiertos, ni porque fuera más bonita que Constantinopla, sino porque Shun estaba ahí. De haberse ido a China o a Polonia como lo pensó en un principio, jamás lo hubiera conocido.

And if I never held you
I would never have a clue
How at last I'd find in you
The missing part of me

-Natalya Danilovna nos espera pasado mañana para el té, y quiere vernos la próxima semana antes del baile, supongo que espera que la llevemos hasta el Palacio de Invierno. Mujer aprovechada, gasta todo su dinero en los vicios de su esposo y no le queda nada para un buen vehículo. Por lo menos debería de ser más amable, así tal vez no tendría que jugar con nosotros para que la lleváramos, bastaría con pedirlo; y tendría más amigos, para variar.

La mujer paró en seco de hablar, acababa de percatarse de que no tenía la atención de su marido.

-Hyoshka, ¿estás escuchándome?

Al escuchar su nombre volvió a la realidad.

-¿Qué decías?- preguntó después de aclarar su garganta y continuar con su cena.

-No olvides los compromisos con la Princesa Golitsyna, es todo.- respondió la mujer secamente, tomando un sorbo de vino.

-Esa odiosa mujer, ¿por qué seguimos tratando con ella?

-Es amiga de la familia, no podemos cortarla así nada más.

-De tu familia, Liza, yo no tengo porque soportarla.

El matrimonio Shuvalov tenía los desperfectos que cualquier otro, y a simple vista, Sus Altezas Ilustrísimas se veían felices, una unión ejemplar.

Elizaveta Vladimirovna Baryatinskaya era de buena familia y honrada también. Su belleza era promedio, y ciertamente su carácter frívolo y superficial no la hacían más atractiva. El compromiso con el apuesto Conde Shuvalov había sido arreglado por su padre.