Hyoga x Shun Songfic Compilation

I'll Be Home for Christmas

Canción: I'll Be Home for Christmas
Intérprete: Bing Crosby
Grabación: Decca 18570A (1943)

I'm dreaming tonight of a place I love
Even more than I usually do

Hyoga no tenía intenciones de ir a ningún lado hasta esa mañana. Era diciembre y las fiestas estaban a punto de comenzar. Aunque solía tener más espíritu navideño que el resto de sus compañeros, ese año había decidido pasar toda la temporada en Siberia, compartiendo las tradiciones navideñas de su tierra —que nadie en la Mansión Kido parecía tener interés en conocer— con sus compatriotas.

Sin embargo, la noche del 22 de diciembre tuvo un sueño por demás nostálgico. Si bien, jamás hablaría del asunto mientras estuviera con vida, bastaba decir que el joven rubio se levantó con un par de lágrimas brotando de sus ojos y con todas las intenciones de tomar el siguiente vuelo a Japón.

Sentía una urgencia terrible de llegar ahí antes del día de Navidad, y aunque ninguno de ellos la celebraba el 25 de diciembre, Saori hacía una bonita cena e intercambiaban unos cuantos de regalos.

Empacó sus cosas rápidamente y se dispuso a salir.

And although I know it's a long road back
I promise you...

—¡Hyoga! ¿A dónde vas?— una voz infantil lo detuvo en la puerta. —¿No ibas a ayudar al abuelo a cortar un árbol?

El rubio puso los ojos como platos. ¡Había olvidado ese pequeño detalle!

—Ah... yo...

—Déjalo, Yakov. Si ha surgido una emergencia no podemos detenerlo.— intervino el hombre anciano que estaba detrás del chico. —No te preocupes, Hyosha.

Al Cisne se le hizo pedazos el corazón al escuchar eso. No era una emergencia, bueno... no una como tal, solo un mero capricho que se le había metido en la cabeza.

Suspiró y dejó su equipaje en el suelo.

—Tengo un poco de tiempo antes de partir.

I'll be home for Christmas
You can count on me

Entró como vólido a la cabaña, tomó su hacha y —de una manera demasiado peligrosa— emprendió su camino hacia el bosque más cercano.

A Yakov le gustaba acompañarlo, el niño solía elegir el árbol de su agrado mientras Hyoga hacía todo el trabajo. Pero en esta ocasión, el chamaco iba a tener que conformarse con lo que el rubio tuviera a bien cortar.

Hyoga eligió al azar un pino, le dio tres hachazos al tronco, le ató una cuerda y comenzó a jalar en dirección a la aldea.

Yakov y su abuelo seguían parados en la fachada de la cabaña de Hyoga.

El Cisne llegó con el arbolito de Año Nuevo mal cortado y lo sujetó al trineo del anciano.

—¡Listo! ¡Servidos!— exclamó el rubio, orgulloso del poco tiempo que le había tomado cortar el pino. —¿Algo más antes de que me vaya?

Hyoga anhelaba que la respuesta fuera negativa, no podía perder más tiempo.

El abuelo quizás lo notó, pretendía que Hyoga llevara el árbol hasta su casa, pero al ver la prisa del joven, no quiso detenerlo más. Ya encontraría algún vecino que le ayudara.

—¡Gracias, Hyoshka! Pero creo que eso es todo.

—Pero... abuelo...