Ariel ¿Esto Es Real?

Capitulo 19

Su voz me hizo girar rápidamente, al verla no pude evitar que mis lágrimas salieran, al verla así, sin ni siquiera poder levantar la cara, mi pecho se oprimió sentí un vacío que se apoderó de mi mente y de repente todo fue negro.

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Al despertar lo primero que vi, es que ya no estaba amarrada a la silla y Mariel ya no estaba, Darla estaba un poco más golpeada y me dolió verla así, pero mi preocupación fue más por Mariel, ya no estaba, pero había sangre.

-Tranquila preciosa, te extrañe -dijo Fran con orgullo.

- ¿De qué hablas? -dije aumentando mi preocupación.

-Se que no lo entenderías, pero diste órdenes para saber qué hacer con ella. -dijo mirando hacia donde debía estar Mariel.

Pero que...

- ¿Paso de nuevo?

-Oh! si y fue lo mejor que he visto en mi vida -aclaro con entusiasmo.

- ¿Dónde está el?

-Se ha llevado a tu hermana como se lo pediste.

-Solo me estas confundiendo -quise gritar, pero mi voz temblaba 

-Después te darás cuenta preciosa.

El ruido de la puerta al cerrarse me hizo girar.

-Está todo listo mi reina- entro el hombre con esa sonrisa que me aterra

- ¿Que le hiciste? -dije caminando hacia él y con lágrimas cayendo por mis mejillas.

-Hay, eres tú de nuevo -dijo con cara de asco

- ¿Que le hiciste? -insistí

-Tranquila, tus emociones sentimentales me dan asco, solo la lleve a otro cuarto, un poco frio -su sonrisa se hizo aún más grande.

-Y Darla... ¿Por qué? ¿A caso no puedes sentir ninguna emoción?

-Claro que sí, siento deseo por ti...

-Me das asco

-Eso no fue lo que dijiste hace un momento preciosa.

Trato de levantarme para ir hacia Darla, y aunque creí que no me lo permitiría, pude hacercarme a ella.

-Lo siento, de verdad lo siento- dije mientras con una mano la tomaba de la cara y con lagrimas corriendo por mis mejillas.

-No es tu culpa, de verdad, solo ya no quiero sufrir más Ari, ¿puedes hacer algo por mi?

-Lo que sea, pídeme lo que sea.

-Pidele que termine con mi dolor, se que tu no lo arias, por eso no te lo pido directamente a ti, pero... cualquiera de ellos te aria caso, por favor, siento que no puedo más Ari- dijo con la voz entrecortada, y mi corazón se rompió.

-No puedo hacerlo, no quiero perderte, ¿como cres que seria capas de eso?

-Ari -sus ojos se cerraban poco a poco. -esto va a pasar en algún momento, solo quiero que sea lo más pronto posible, el dolor del cuerpo no me permite ni siquiera levantarme, Ari, solo azlo por favor.

Mi llanto era tanto, que comenza a ver menos, todo comenzaba a estar borroso, gire para ver de frente a los 3 chicos que tenia frente ami.

-¿Pueden...

-No -respondio Fran.

-Claro que si, peimcesa, podría hacerlo con gusto... -contrataco Kim

-No, no lo aremos- respondió el hombre ahora.

-Porfavor Ari, no puedo mas- las lgrimas de Darla comenzaron a caer, y mi corazón dolía demasiado.

-Lo siento mucho Darla, de verdad perdóname -dije tomando su cara con delicadeza.

De un momento a otro, las luces se apagaron, no se veía absolutamente nada, solo se escuchaban pasos lejanos...

-¿Qué pasa? -pregunto Kim y fran al mismo tiempo, preparándose para contraatacar.

-ding dong

-Es el- susurre.

-Valla, creo que tu peón vino a rescatarte...

-Crei que tu eras mi peón... -lo dije sin pensarlo, y mi confusión fue inmediata.

-Fran...

-Kim...

-... -se escucho el nombre del tercer integrante.

-Ari, pase lo que pase, corre, déjame aquí, debes salvarte, prometemelo- murmuró Darla tomando mi mano.

Gire hacia ella

-Nos iremos de aquí, oh nos morimos juntas aquí, pero no te dejaré, no de nuevo -trate de levantarla, pero una bofetada no me lo permitió.

Gire mi rostro, tocando mi labio del que salía sangre, para ver frente a mi a Kim

-¿Porque sigues prefiriendola a ella?-sus celos eran notorios y ahora entendía todo.

-VOY A ENCONTRARLOS -Se escucho un grito que me hizo temblar.

-Hora de la acción mis nenes -comento el hombre, referiendoce a Kim y fran

-No le hagan daño, por favor- supliqué

-nena, el se daño solo al venir hasta aquí sin compañía.

-¿Cuando comente que venia solo? -la voz de Grey me dio esperanza, Gire mi cara para verlo, y ahí estaba...