23. [La jugada]

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23. [La jugada]

Jackson:

Después de dejar a Alice en el complejo de habitaciones, el equipo se había marchado para poder entrenar, nuestro partido de eliminatoria era en tres días y debíamos ganar para seguir en la lista.

Una vez llegamos, el entrenador del equipo contrario nos recibió, saludó a nuestro entrenador y nos presentó a su equipo.

El fútbol americano estaba compuesto por once jugadores, nosotros éramos veinte, así que algunos se quedarían en la banca mientras que otros intentaban darnos el gane.

—  Bien chicos, esto es un partido amistoso. Queremos ver que tan bien se complementa su equipo para jugar — Habló el entrenador contrario, el señor Dee.

— Dee tiene razón, será solo un partido amistoso. — Ahora habló nuestro entrenador el señor Murillo.

— Jóvenes, miren sus caras bien, recuerden como deben de jugar y que gane el mejor. — Todos asistieron, los tigres de New York se veían amistosos, pero una vez en la cancha dejaban de serlo.

Calentamos unos quince minutos y una vez terminamos, los entrenadores dieron inicio al partido.

— Como practicamos en casa GB — le hablé a este una vez estuvimos en la línea de juego.

— Se ven intimidantes.

— No más que nosotros — Reuní a mi equipo y hablé — ¿Cuál es nuestra meta?

— Anotar todos los touchdown posibles.

— Bien  ¿Quiénes somos?

— Los Bunnys C.A.

— ¿Qué vamos hacer?

— ¡Ganar!

— Vamos con todo equipo. — Después de nuestra reunión emotiva, nos pusimos en la línea de fuego, la idea era sacar el equipo de los tigres y  cuidar nuestro territorio.

El capitán sacó, no recuerdo el nombre de los chicos, pero el juego inició, GB, Wilson y Key marcaron a los oponentes, corrí tras el balón que llevaba el capitán del otro equipo.

Este se resbaló en una pasada y aproveché, tomé el balón y corrí rápido, llegué a las 40 yardas y GB me alcanzó, pasé el balón a él, Lo lanzó fuerte y anotó.

— ¡Touchdown! — gritó nuestro entrenador.

Y así se fue pasando el juego, nosotros anotamos, los tigres también y el marcador iba muy reñido, los tigres llevaban siete  anotaciones, nosotros cinco y solo quedaban quince minutos de juego.

GB hizo el touchdown seis, pero aún faltaba una anotación para empatar.

Así que de nuevo nos pusimos en la línea de fuego, el capitán tiró y la tomé, corrí tan fuerte conforme a lo que mis piernas daban, estaba ya casi a punto de anotar y el tiempo corría contra mí, no recuerdo bien que fue lo que pasó, pero el capitán contrario me empujó y caí sobre mis costillas, después de la adrenalina, el dolor explotó por todo mi cuerpo.

Dejé el balón tirado, solo veía negro, había sido un golpe muy duro.

— ¡Jonas! — Murillo llegó a mi lado, estaba desorientado, no entendía nada.

— ¡Eso fue falta! — Escuchaba a GB gritar. — Lo hiciste a propósito!

— ¡Hey! ¡Paren ya! — El otro entrenador intentaba calmarlos, pero no entendía nada.

— No es mi culpa que tu capitán sea un debilucho.

— Imbécil, tramposo.

— ¡GB basta!  — Murillo gritó.

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