Bebidas mágicas II

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Ahora mas que nunca ella necesitaba ese abrazo, había aguantado tanto para no decírselo, no quería que Richard sufra por verla mal, lo que menos quiere es herirlo después de casi perderlo por hacerlo antes.

- Vamos a buscar a Amelia - dice Richard tomando la mano de su esposa pero ella lo detuvo

- Richard, ya me he hecho exámenes, ahora solo quiero ir a casa - pidió

- Pero.. no debemos perder tiempo Catherine, deben revisarte

- Richard - insistió ella acariciando su mejilla - Llévame a casa, mañana haremos lo que tu quieras, hoy solo quiero que estés junto a mí

Él beso su mano y asintió, no puede hacer mas que cumplir sus deseos, ya mañana harán lo que tengan que hacer.

Estando ya en su habitación, Catherine caminó  hasta el baño para cambiarse y bañarse, el agua caliente alivia mucho su dolor.

Sin decir nada, Richard se acercó a ella por detrás, abrazándola y besando su cuello de forma cariñosa.

- Gracias - murmuró ella

- ¿Porqué?

Ambos se miraban a través del espejo.

- Por estar conmigo, te amo Richard

- Nunca te dejaría sola, te amo

Él la ayudó a bajar el cierre de su vestido, con cuidado la ayudo a quitarse las otras prendas, y cuando ella vio que él hacía lo mismo, le preguntó

- ¿Que haces?

- Tomaremos un baño juntos, no quiero separarme de ti

Catherine no pudo hacer más que sonreír y adentrarse en la bañera esperando por su esposo.

>>>>>> A la mañana siguiente

Catherine dejó de tomar los jugos por insistencia de Richard, necesitaba estar limpia para que sus análisis salgan bien.

- No quiero ir - dijo ella levantándose de la cama aun en pijama - No quiero pasar por esto de nuevo, no se si lo logre esta vez

- Lo harás, y yo estaré contigo... lo lograremos juntos

La ayudó a ponerse ropa cómoda, no podría volver a usar tacones por un tiempo, así que se puso ropa deportiva, no tenía mucha, pero desde ahora necesitaría estar lo mas cómoda posible.

- No me gusta como me queda, nunca me ha gustado esta ropa - dijo mirándose al espejo

- Lo sé, no te gusta pero es la mejor opción, además, nunca he visto alguien que luzca tan sexy en ropa deportiva

Richard siempre sabía como sacarle una sonrisa.

- Me encanta toda usted, doctora Fox - susurro abrazándola

- Yo vivo encantada con usted, doctor Webber - respondió besándolo

Llegaron de la mano, este día Richard se dedicaría unicamente a Catherine, su esposa.

Amelia los recibió, comenzaron a hacerle exámenes, análisis, ella ya estaba agotada, al final del día le tocaba la quimioterapia, odiaba esos días.

Ella estaba sentada recibiendo su dosis de quimio, estaría ahí aproximadamente 4 o 5 horas, pero ya estaba casi acostumbrada. Richard la dejó sola para resolver unos asuntos ya que ella se lo pidió.

Leía y al rato entró un paciente al parecer, ella lo miró y saludo.

- Buenos días - respondió el hombre de aproximadamente 60 años

- Nuevo aquí? - pregunto Catherine dejando a un lado el libro

- Si, comenzaré el tratamiento hoy, espero recuperarme pronto, ¿usted?

- No soy nueva aquí, pero no la llevo muy mal

- Dicen que la familia ayuda a sobrellevar todo esto, mi hija viene en camino, pero no creo que la dejen quedarse mucho

- Y su esposa? A la pareja del paciente si lo dejan quedarse

- No estoy casado, creo que ya no estoy para esos trotes sabe? Ya a mi edad no se piensa en eso

- No estoy de acuerdo - dijo ella sonriendo al recordar a Richard

- Es casada?

- Si, mi esposo esta trabajando, pero suele acompañarme

- Deben llevarse muy bien, yo no tuve una relación así, no nos llevábamos bien, teníamos una relación solo como padres, mas no como pareja y a ella pareció no importarle.

Siguieron hablando alegres 30min y Richard entró, y no le gustó mucho ver a ese hombre tan cerca de Catherine, así que se acercó.

- Buenos días- dijo llamando su atención

Ambos respondieron y él miró a Catherine

- Ya están listos los papeles, Amelia esta revisando los análisis - tomó asiento junto a ella y siguió explicando todo - quieres un sofá? Ese no parece muy cómodo, no quiero que te duela nada

- Tranquilo Dr. Webber, estoy bien - sonrío ella al notar su genuina preocupación

- Tengo que ir por los análisis de sangre y la tomografía, vuelvo enseguida

Ella asintió y el se fue.

- Creo que a su esposo no le gustará ver tanta preocupación por parte de un médico - comentó el paciente junto a ella

- El doctor es mi esposo - dijo ella sonriendo

El señor se sorprendió pero sonrío.

Richard regresó al rato y le trajo un café como a ella le gusta.

- Tu café, me encargué de que no este tan caliente - dijo tomando asiento junto a ella y tomando su mano

- Gracias cariño - agradeció ella y el beso sus labios sonriendo

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