CAPÍTULO 18

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Cuando menos se dieron cuenta se hacía de noche

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Cuando menos se dieron cuenta se hacía de noche. Habían perdido la noción del tiempo luego de un día muy agitado de emociones y confesiones.

Volvieron a la cabaña, no se dirigían casi la palabra. Era una noche algo fría, las estrellas estaban más brillosas que otras noches y la luna iluminaba gran parte del campo. Era una noche linda pero algo entristecida.

Sana estaba afuera, mirando el hermoso paisaje que se formaba en el horizonte, las luciérnagas le daban un toque más hogareño, la japonesa no pudo evitar acordarse de su padre e inconcientemente sonrió al hacerlo.

— Realmente es un hermoso lugar —escuchó una voz suave detrás suya. Asintió lentamente —. Gracias por traerme aquí, enserio.

— Cuando éramos jóvenes te compartí muchas cosas importantes para mí pero faltaba este lugar. Pensé que podría ser lo correcto.

— Lo es —aseguró —. Cuando me compartiste esos lugares importantes para ti... ¿Fueron por compromiso o realmente sentiste que debías hacerlo? -preguntó con un poco de miedo por la respuesta que podría salir de la boca de su esposa.

— Sentí que debía hacerlo. Yo te amo Dahyun, eso no es mentira.

— Pero no lo suficiente como para casarte conmigo ¿cierto?

— Ahora sí —dijo agarrando las manos de Dahyun acariciandolas con delicadeza —. ¿Tú no?

Dahyun se quedó callada. Amaba a Sana, claro que la amaba, pero estaba muy agotada. Ya había puesto de prioridad muchas veces a los demás, ponerse una vez en prioridad a si misma no significaba nada malo.

Querer ser libre no es sinónimo de egoísta.

— Mañana debemos irnos —dijo sabiendo que Dahyun se encontraba detrás suya.

— ¿Tan rápido?

— Lo siento, debo volver —la miró con arrepentimiento. Claro, otra vez su trabajo.

— Lo entiendo.

Sana la miró un poco extrañada.

— En serio lo hago —la japonesa asintió volviendo su mirada a una estrella en particular.

Dahyun imitó la acción de su esposa.

— ¿Sabés cuándo será el momento que dejaré de amarte?

No era una pregunta que Sana esperaba, quedó algo confusa sin saber que responder batallando en su mente por muy pocas opciones que se le venían a la cabeza.

— Cuando las estrellas extrañen la luz de la luna y ellas comiencen a apagarse poco a poco para que lugares así dejen de existir. Ese será el día en el que dejaré de amarte.

Tampoco era una respuesta que esperaba oír.

Sana sonrió levemente, cerró sus ojos en dirección al cielo ¿Las estrellas brillaban más o eran sus ojos lagrimeando?

— Sabes que eso es posible ¿No?

— No es algo que vaya a suceder estando viva. Pero si eso pasa, entonces sabré en ese momento que haberte amado valió la pena —garantizó viéndola a los ojos —. Mientras tanto, cuando este corazón siga latiendo, seré la persona que más te ame en este mundo.

— ¡¿Por qué dices todo esto?!¡¿Por qué ahora cuando sabes que es todo tan difícil?! —la voz rota de Sana solo le partía más el corazón y Dahyun sabía muy bien lo que se sentía eso.

No era venganza, solo quería estar en paz, solo quería que Sana estuviera feliz.

— ¿Entonces cuándo será Sana? Que duelan las palabras no significa que no sea el momento de decirlas.

— Entonces esto es todo —preguntó prácticamente afirmandolo.

Dahyun no respondió pero la respuesta era clara, los ojos cristalinos muy caracterizados de la coreana eran claros.

— Si está todo en mí cabeza solo dímelo, Sana. Dime ahora que estoy equivocada —Tomó una bocanada de aire antes de seguir hablando, tenía el corazón en sus manos pero por más que pesara, tenía que seguir hablando, debía hacerlo —. Asumiste que todo estaba bien, que todo podía mejorar pero nunca pasó por tu mente el qué harías si yo decido dejarnos libre de una soga que nos ata a un amor que ya no queremos. Que ya no vale la pena seguir luchando por él.

— Yo solo... pensé que si solo lo intentaba, tal vez podía enamorarte de nuevo. Ahora sé que no pude hacerlo.

— Tú no me amas Sana. Te acostumbraste a la idea de estar conmigo para toda la vida que lo terminaste aceptando. Aceptando cuando ya todo estaba perdido.

Sana dejó de mirarla, no podía hacerlo.

— Esto viene desde hace tiempo, tardé en darme cuenta pero lo hice y por una vez en la vida sé que lo estoy haciendo es correcto.

— Te amo —susurró débilmente.

Dahyun no correspondió, solo la abrazo dejando descansar su cabeza en el hombro de la japonesa mientras esta se recargaba en ella.

Vaya que un corazón roto dolía.

Dahyun poco a poco se separó, quedando a poca distancia con Sana. La japonesa solo la miró con brillos en sus ojos, eran ojos algo cansados.

No se dieron cuenta que ya no había distancias entre ellas, solo eran sus labios danzando. Disfrutando del momento sabiendo que iba a ser el primero de hace mucho tiempo y el último.

Era un beso de despedidas y la luna presente lo sabía.

— Esto es demasiado cruel.

Por supuesto que lo era, si ambas tenían que definir su situación, si ambas tenían que definir con una sola palabra absolutamente todo, era una palabra de cinco letras, que podía explicar todo lo que tal vez ambas no podían hacerlo frente a otras personas.

Su historia era cruel, pero necesario.

Su historia era cruel, pero necesario

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Capítulo corto.

Se supone que iba a subirlo el sábado pero por algunos problemas no pude.

Falta poco para que termine. 😶

CRUEL | SAIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora