Capítulo .1.

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26/08/20XX _ _ POV: Narradora

4:30 am, la alarma sonó sin ninguna misericordia para su cansada mente, Megumi se removió en su cobija, le parecía demasiado cómoda como para dejarla a la primera.

Mientras el ritmo de su tono de alarma seguía funcionando, su cerebro tomó aquella melodía para darle toques de ánimo a su mañana.

Suspiro resignado, levantando la manta suave y acolchonada, era una odisea lavarla, pero valía la pena cuando las temporadas invernales se hacían presentes, en especial con las lluvias de agosto.

La tarde anterior hubo lluvia, lluvia que duro hasta la noche y se intensifico por la madrugada, aún ahora podía ver lloviznas en su ventana.

Con lentitud se puso de pie y el frío suelo le hizo estremecerse lo suficiente como para activar sus sistemas. Con rapidez busco sus pantuflas y se resguardo de su inanimado atacante.

Se acercó a su celular, apagando los sistemas y viendo la fecha en la pantalla de bloqueó.

Volvió a suspirar por el horario que tiene guardado en su memoria y se dirigió al cuarto de baño. Se deshizo de su ropa y abrió la llave sin tomarle importancia a la temperatura del agua, le convenía agua helada cuando no tenía ganas de salir de su cama.

Cuando su mente obtuvo más energía, comenzó aquel rutinario proceso de limpieza personal y volvió a recordar su horario del día.

Era viernes y él un estudiante de último año de preparatoria.

Dejando su shampoo de miel y manzanilla, se enjuago lo suficiente y salió tomando su toalla, directo a cepillarse los dientes frente al espejo de al lado.

Al dar un vistazo a su aspecto notó algo que agrio bastante su humor esa mañana.

— Tch, ¿en serio Kamo? —

En la parte superior de su clavícula había una mancha morada que bien pasaría por moretón si no fuera tan pequeña. Lo que más le irritaba era que a pesar del tamaño era exageradamente notoria gracias a su nívea piel.

Sabía que no podía dar muchos reclamos y que tampoco podía controlar los impulsos de su pareja al cien por ciento, pero, aun así, no le agradaba tener marcas por parte de él.

Si, puede que Kamo sea su "novio" a los ojos de sus amigos y de toda la preparatoria, a los ojos de casi todos, sin embargo, no lo es a los suyos. Las cosas con Kamo eran un poco más complicadas que solo un 'Se conocieron en vacaciones y él se le declaro el primer día de clases'.

Se lavo la boca y dio un último vistazo a ese chupetón, llegando a la conclusión que lo taparía con polvo o base, cortesía de su prima.

Salió de ese cuarto para dar un corto paseo por el pasillo, dándose cuenta de que no encendió las luces, miró la parte del pasillo que conectaba con las escaleras recordando uno de sus más preciados momentos.

Dos niños de negros cabellos corrían por todo el pasillo, sin importarles la velocidad y el peligro que suponía pasar al lado de esas anchas escaleras. Ignorando las advertencias de su madre sobre ser tan descuidados, se confiaban por no haber tenido ningún accidente como en ese lugar.

Al cansarse se sentaron es las mismas maderas de las que tan seguido les advertían, el mayor relataba como le sacó un diente de un puñetazo a otro de mayor edad que él y el menor solía exclamar '¿¡Y no te lastimaste!?' a lo que el de orbes azul marino le decía que no tenía que preocuparse por él, que era tan fuerte que se desharía de todos los que lo molestaran, que él lo protegería incluso cuando fuera uno de esos adolescentes emos y amargados, que siempre se quedaría con él... porque era su hermano.

No es tan complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora