No es tan complicado

Capítulo .12.

Hoy, anduve feliz, realmente feliz. Y tengo buenas razones, como que la semana de exámenes ya ha llegado al final, que esto de vivir con Toji no es tan malo como pensé y lo más importante. 

Estoy oficialmente soltero.

Gracias dioses por alejar a Kamo de mi vida tras cortar porque que incomodo sería volver a verlo ahora.

Nobara está bastante satisfecha con mi relación terminada, lo que agradezco hasta cierto punto. Sin embargo, aún tengo que hablar con Yuji.

Realmente siento que Yu no ha sido él mismo en un tiempo, demasiado distraído y apagado de lo que estoy acostumbrado.

Pero no quiere decirme ni a mí ni a Nobara que le pasa.

Terco como mula el muchacho, de todas formas, pronto encontraré el momento.

Toji no estaba en casa, esa noche iría de fiesta a Dios sepa dónde. Lo cual está bien por mí, nosotros nos soportamos por así decirlo, a él no le importa lo que yo haga y a mí no me importa lo que él hace, simple.

Aunque ese no es el punto.

Yo podría aprovechar a hacer cualquier cosa con la casa sola, pero tenía demasiado sueño para actuar irresponsablemente, así que fui directo a cambiarme y meterme entre las cómodas sábanas de mi cama.

No sé cuánto dormí, pero sí sé cómo me desperté.

Mi celular estaba sonando, por mi ventana no veía nada de luz y eso era espeluznante, pero estaba dormitando tanto que las cosas no tenían mucha importancia en mi mente.

— ¿Hola? ¿Habla...? — Estaba tomando consciencia mientras hablaba, e inmediatamente me senté en mi cama cuando escuché la voz más seria y cansada que podría haberme imaginado, pero eso no fue lo importante, sino que me preocupo reconocer que era la voz de Yuji la que me hablaba de esa manera.

— Megumi, soy Yuji yo... necesito un favor. ¿Puedes pasar a recogerme en este momento? Ugh, también trae algo de medicina, algo para tratar heridas... ¿profundas? No lo he revisado, sólo... agh ¿Puedes decir algo? ¿Vendrás o no? — Yuji se escuchaba raro, pero me sorprendió su cambio tan brusco, de repente se escuchaba enojado, no, más bien frustrado, no se me ocurre por qué, sin embargo, ese no era el momento de divagar. — Mándame la dirección —.

Con eso me colgó, me quede escuchando el pitido unos momentos, antes de levantarme de mi cama y prender la luz, tome una camisa sin mangas y unos jeans, me puse un suéter encima y agarré unas zapatillas fáciles de poner.

Pensé en que tan herido estaría Yuji y tome un bolsón mediano y practico casi completamente vacío. Con mis llaves en mano, mi cartera y mi celular, abrí el mensaje con la dirección exacta del lugar y salí silenciosamente de mi casa, llevé mi moto hasta la siguiente calle y allí, la prendí y conduje a toda velocidad a la farmacia más cercana que creía y esperaba estuviera abierta a esta hora de la madrugada.

Compre vendas, alcohol, gasas, mucho algodón y unas pinzas por si acaso, no tarde en llegar al último lugar. Al quitarme el casco sentí un horrible deja vu pasar por mi columna estremeciéndome.

Toem aire y entre al elevador, demasiado familiar para mí, y me pregunte, si era realmente posible. Lo había pensado, sospechado, se parecían demasiado, pero Yuji apenas parecía conocerlo, así que descarté el pensamiento.

El elevador se detuvo y las puertas se abrieron, fui cuidadoso, era demasiado temprano y no quería importunar a nadie, un pequeño momento de confusión me hizo recordar aquella noche cuando me arrastraron por este pasillo a una puerta en específico. No quería volver a cruzar estos pasillos así, ni siquiera quería estar aquí de nuevo.