POV: Narradora
Lluvia, no la odiaba, de hecho, le agradaban las lloviznas, saltar en los charcos y bailar en ella.
Tal vez era un poco cliché, pero cuando escuchaba una lenta melodía bajo la lluvia, se sentía bien, se sentía en calma, se sentía... libre.
¿Libre de qué? Preguntaran... de todo, tal vez de él mismo, de su pensar y de su sentir.
Después de pasar a dejar a Nobara, comenzó a lloviznar, tuvo que tomar velocidad para evitar que sus compras se mojaran, además del maquillaje, su amiga termino llevándolo a por unos aretes de cruz, muy de su estilo en su opinión.
Sonrío levemente al recordar su sesión de modelaje en una de las últimas tiendas, ciertamente hubo muchos grititos emocionados a su alrededor.
El camino no fue largo, sin embargo, las gotas aumentaban y los vientos se volvían más volátiles a medida que recorría las calles.
Al llegar se detuvo frente al garaje para sacar el interruptor y entrar su moto. Al final sus ropas si estaban un poco húmedas, pero sus compras estaban intactas, entró por la puerta que llevaba al pasillo una vez que se aseguró de que todo estaba bien cerrado en el garaje.
Paso a la sala y fue directo a las escaleras, inconscientemente ignorando las luces apagadas y el ambiente frío al que ya estaba acostumbrado.
Dejo las bolsas en su cama e hizo un recorrido por toda la casa, corroborando que las ventanas y puertas estuvieran cerradas, parecía que está sería una tormenta un poco fuerte, no quiere lidiar con accidentes.
No sintió necesidad de encender las luces para estas acciones, su vista estaba acostumbrada a esa oscuridad y no era tan tarde como para que no hubiera pequeños rayos que lograban pasar por la tormenta.
Cuando volvió camino a las escaleras, su vista se clavó en la sala, todo estaba donde corresponde, como lo dejo en la mañana, como se veía ayer, como se vio los días anteriores, sin rastro de vida y... se sentía tan monótono que a veces lo abrumaba.
Cerró sus ojos y siguió su camino, debía cambiarse de ropa y acomodar los nuevos objetos en su habitación.
Escogió su ropa dejándola en la cama como siempre, tomó su toalla y fue al cuarto de baño, normalmente se baña en la ducha a pesar de que haya una tina en el fondo del lugar.
Y aun conociendo sus hábitos, decidió que tomaría una larga ducha en esa tina que solo él usaba, su madre no tenía tiempo para baños largos. Giro la llave del agua caliente y se acercó a uno de los gabinetes en la pared, tomando dos cajitas.
Una era de incienso de manzanilla y la otra era un paquete de pompas de jabón.
Dejo el incienso en una de las pequeñas mesas que suelen ser ignoradas en la habitación, donde hay un simple artefacto para el incienso, encendió dos y dejó la caja al lado a buena distancia, se dirigió a la tina que estaba medio llena y cerró la llave para abrir la del agua helada, le gustaba el agua tibia y esa era la mejor manera que conocía para tomar un baño largo y sereno.
Sacó las pompas del empaque, era la primera vez que usaría ese estilo, la paleta de colores era de dos pompas blancas con puntitos color lavanda, dos de tono lavanda con algunos pétalos en ellas y cuatro que tenían una mezcla de colores entre blanco y lila.
Tomo una de aquellas esferas mezcladas y la dejó en el agua, cerro la llave y guardo los empaques, dejo que la pompa hiciera su trabajo y luego se deshizo de sus ropas, metiéndolas en la canasta de ropa al lado de la mesita.
Se sumergió con suavidad, quedando con las piernas casi debajo del agua.
Su mirada se dirigió a la ventana a su lado, normalmente bajaría la cortina a la hora de bañarse, pero esa vez solo quiso apagar la luz y ver las gotas caer en su ventana.
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No es tan complicado
FanfictionCuando te acuestas con alguien solo por lujuria, no esperas quedar atrapado en un bucle de encuentros sexuales no planeados ¿verdad? Ni Megumi ni Sukuna lo anticiparon, ahora que están en el punto dónde solo pueden esperar no volver a encontrarse, e...