Segunda Historia; Capítulo 3: Comenzando el viaje de verdad.

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Recapitulando, después de caer en una secta de locos que se hacían llamar la universidad fue exhado para no alterar su negocio. Ahora mismo me encuentro recorriendo los caminos con una chica de 15 años que aparenta los 15 reales y no los 15 anime (diablos.). Armado con un báculo que provoca ondas de baja frecuencia que hace temblar los objetos. Podría ser peor. Pero antes de continuar, volvamos al día que me fui del sitio.

Como dije antes, me encontraba en la puerta de salida cuando noté la chica a mi lado. Aunque yo no entendía nada, ella se lo tomaba con bastante naturalidad. Por su equipo no parecía el de una viajera realmente. Janice, la chica que me acompaña viste un equipo algo ostentoso. Guantes y botas marrones bastante más grandes que sus manos junto a unos lentes tipo gogles de cristal grueso que usaba como cinta para el pelo, pantalón marrón por la altura de las rodillas junto a una blusa de lino blanca de manga corta y un delantal de forja negro grueso. En su espalda lleva una bolsa con dos cuerdas que hace a modo de mochila y que está cargada con materiales y pequeños artilugios robados de la universidad. 


"Espera ¿Qué haces aquí?" Dije mientras arqueaba la ceja.

"Me echaron también." respondió encogiéndose de hombros.

"Espera ¿No debería dolerte un poco más? Digo, tú eras la que dijo que no tenía tantas opciones" pero mi pregunta fue respondida con algo de arrogancia.

"Y tú el que me incitó a vivir aventuras." No recuerdo haber hecho eso. Aunque no recuerdo mucho en general, por lo que podría ser.

"Ok... pero ¿Por qué te expulsaron?" La chica se sonrojó ligeramente. "Dilo o no vienes." Agregué con tono desafiante. Tras unos momentos soltó un suspiro.

"Bueno... ¿Recuerdas que te dejé quedarte afuera de mi taller?" Sí me acuerdo de eso, el piso estaba frío. Pero no digamos esa parte por amabilidad.

"Un poco sí." La chica desvió la mirada algo molesta mientras respondía algo bajo.

"Asumieron que dejé entrar a un sin capa a mi cuarto y bueno, tener sexo con un sin capa también es un crimen." ¡Le juro oficial que soy inocente! Espera, yo tampoco soy legal... ¡Ja! ¡La ONU puede chuparme el pingo!

"Que reglas tan raras tienen..." Dije, pero su respuesta fue más extraña todavía.

"Aunque aún soy virgen... que me tomen por ese tipo de zorra..." Supongo que no le molesta ser expulsada.

"Entonces ¿A dónde quieres ir?" Pregunté con amabilidad. Aunque aún no estoy seguro de viajar con ella, supongo que es mejor que estar solo. La chica se quedó pensando un tiempo. Tras unos minutos sonrió mientras respondía.

"Bueno, sólo he estado en la universidad y la capital de Shirone, así que ¿Por qué no vemos hasta donde podemos llegar por estos?" Dijo mientras habría su bolsa revelando un montón de botellas de vidrio, químicos y mantas.

"¿Les robaste?" Dije con una sonrisa preocupada. Aunque mi preocupación era real, ella me dio buenos argumentos.

"Ellos me robaron dos años de mi vida, es lo justo." O sea, razón no le falta. Al final terminamos comenzando nuestro viaje. Por lo visto llevaba vendajes en los guantes para rellenarlos al igual que en sus botas.

Los pequeños pueblos por los que pasábamos solían comprar las botellas e invenciones de Janice por un buen precio. Era especialmente popular un extraño químico que guardaba y que si lo dejabas al sol por unas horas al oscurecer brillaba. Obviamente guardamos una para nosotros. La comida era decente, de vez en cuando tiraba frutas de los árboles al hacerlos vibrar con mi báculo. Por esa razón Janice empezó a cargar tapones para los oídos para cuando comenzaba a vibrar. También servía para hacer oleaje que saque peces del agua... eran grandes. El último que sacamos fue un pez tipo anguila de casi un metro y medio de altura que nadaba en un río. No estaba mal, aunque le faltaba condimentos.

Al inicio de nuestra segunda semana, después de tomar turnos para bañarnos en un río cercano, sé lo que piensan y me ofende que tengan dudas de si la espiaba ¡Por supuesto que lo hacía! En un mundo sin internet necesito cualquier cosa que sirva de material para cuando me tocaba guardia en las noches. Además, si no lidio con ello sería incómodo para ella también.

Perdón, me desvié del tema. Como decía, después de nuestra clásica ducha matutina continuamos el camino. Después de una semana ya las distancias se habían cortado bastante. Fuera de mis momentos de espiarla, la veía como una pana más. Eso me hacía pensar a veces en mis otros amigos ¿Me pregunto cómo les está yendo? Este mundo es cruel, aunque sé que no caen fácil. Pero también me preocupaba Martín, lo dejamos atrás y él seguro le habría encantado este mundo... Mientras divagaba en mis pensamientos, escuché el sonido de ramas rompiéndose. Al ver hacia el sitio, salté sobre Janice de golpe. Rápido como un rayo, el corte fue esquivado por poco. Aunque ella no sufrió daño, el corte alcanzó mi brazo y la herida sangraba sin parar. Mi corazón latía a mil por hora mientras la sensación de calor en el brazo sangrante se contrarrestaba con el escalofrío que tuve al ver al enorme insecto que apareció. Similar a una mantis, con el cuerpo recubierto de placas y de casi 2 metros de altura, sus ojos se posaban sobre nosotros mientras preparaba su siguiente ataque. "Mierda..." dije sin saber que hacer...

Tres imbéciles en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora