Han pasado un par de semanas desde que llegamos a este pueblo. Aún compartimos el cuarto con Janice ya que no sale más barato. 30 monedas de plata no es caro, tomando en cuenta que un cuarto puede llegar a costar entre 50 y 80 monedas normalmente. Pero el salario de un cazador es algo bajo. Ese día me desperté con la chica a mi lado bastante pegada a mí, al notar donde quedó su mano en la noche, no me resistí.
"Me la sostienes me la entretienes..." Dije con la mirada totalmente inexpresiva. Al notar su mano en mi amigo ella saltó de la cama de golpe.
"¡Imbécil! Si esas cosas pasan saca mi mano de ahí..." se quejaba la chica.
"Si te tocaba mientras dormías te habrías enojado también." Dije encogiéndome de hombros. La chica se quedó pensando un poco antes de responder.
"Tienes un punto..." Tras notar aquello decidió no quejarse más. Hace no más de tres días es que accedió a compartir la cama, hasta entonces había estado durmiendo en el suelo con una manta de colchón ya que, según ella, no le molestaba. Yo no iba a ofrecer la cama si no la pedía, quiero descansar bien en las noches.
Como cada mañana bajamos a comer después de comer. Aunque aún uso mi ropa interior, terminé comprando un par de prendas más apropiadas para este mundo. Parecen estar normalizados, pero prefiero que no se nota a simple vista que soy un invocado. Con mi capa de pelo de oso negro y mi armadura roja de placas de cangrejo con pantalón de piel y botas, ahora sí daba la impresión de un cazador en pleno derecho. Aunque para esta mañana sólo usaré la camisa de lino con pantalón por ahora. Incluso Lyn se ha comprado más ropa, pero suele usar su viejo uniforme para cazar.
"Buen día tortolitos ¿Se divirtieron mucho anoche?" Dijo en tono burlón la casera. Yo le mostré una sonrisa y respondí con otra broma.
"De hecho desperté con su mano en mi pene..." Dije sonriendo. La mujer soltó una risotada mientras Janice parecía querer que se la trague la tierra. La hija de la casera estaba atendiendo las mesas. "¿Puedo?" Dije señalando la cocina con la cabeza.
"Adelante, está en su contrato." Preparamos el desayuno juntos como cada mañana. Lo bueno de ser cazadores, es que nos ahorramos parte de los ingredientes al usar lo que cazamos. Admito que, pese a todo, mi relación con mi compañera de equipo está mejorando bastante rápido.
Tras terminar de comer y prepararnos salimos a cazar. Lo bueno de que Janice estudiara tanto es que aprendió muchas cosas útiles para nosotros, como el tipo de ecosistema en el que vive cada especie. Gracias a mi habilidad decidimos centrarnos en lo que ella llama los "Tao", básicamente artrópodos gigantes.
El día de hoy nos movimos a una zona pantanosa, allí, se encontraba nuestra presa de hoy. En el pantano habitaba una suerte de cangrejo gigante de 1 mt. de altura cuyas pinzas pueden partir árboles. Pero Janice se encargará de algo más, los hongos Tulim. Un hongo alucinógeno que se vende a buen precio.
Mientras ella identifica los hongos y plantas que crecen, yo me encargo de los cangrejos que se acercan. La vibración hace rebotar sus placas y los golpea con su propia armadura. Por esa razón ahora Janice usa tapones para los oídos mientras cazamos también, para no ser afectada por el ataque.
Después de 5 horas de caza, bueno, 4 ya que tardamos una hora en llegar. nuestro botín del día es: 3 hongos Tulim, 2 hierbas medicinales similares al aloe, 2 cangrejos. tras cargar todo en las mochilas nos movimos a una zona por fuera del pantano para almorzar. podríamos haber cazado más, pero las ranas del sitio y otros monstruos nos hacían difícil el movernos.
"Por cierto ¿Cómo está funcionando tu arma?" Preguntó Janice mientras comíamos. Yo miré el bastón a mi lado y sonreí.
"Bastante bien, ese mantenimiento que le hiciste ayudó bastante." La chica sonrió.
"Recuerda que si las cuerdas se dañan mucho dejará de funcionar."
"Por cierto ¿Ya has terminado de diseñar las mejoras?" La chica negó con la cabeza.
"Aún estoy teniendo problemas sólo para entender bien el mecanismo. El profesor realmente era un genio." Yo apoye mi mano en su cabeza y la acaricié.
"Tú también lo eres, así que confío lo lograrás tarde o temprano." Ante mis palabras la chica se sonrojo, aunque de una forma más alegre que esta mañana. Mientras terminábamos de comer, apareció un monstruo, un oso gris de ojos rojos. Nos pusimos de pie de un salto y de inmediato tomé la vara, cuando el oso corrió hacia nosotros yo lancé mis vibraciones para que el ultrasonido lo molestara, aprovechando la distracción para correr. Con mi habilidad puedo molestar a los monstruos sin placas, pero sólo eso. Fue en ese momento que me decidí. "Janice, necesitamos un atacante físico".
Volvimos al atardecer con otro cangrejo y varias hierbas medicinales, de vuelta en el pueblo fuimos a vender la carne de cangrejo y las medicinas. Por nuestro trabajo del día nos dieron unas modestas 5 platas. Lo importante de esto, conservamos la carne de un cangrejo y las placas. La base de la dieta de este mundo parece ser la carne de monstruo, ya que los vegetales son más escasos y un sólo monstruo de rango medio como un jabalí gigante puede dar hasta 1 tonelada de carne. No suele venderse o comprarse muy cara, por eso no es más rentable usarla nosotros. Las placas se las doy a Janice, sus habilidades de artesana la hacen muy buena para trabajar con ellas, de hecho, mi armadura la hizo con las placas de cangrejos que cazamos y pegamento hecho con baba de babosa que compramos. El contrato nos prohíbe vender o entregar materiales o productos en base a ellos a otros, pero no dice nada de usarlos nosotros mismos.
Compramos papas y con las hierbas aromáticas que recogimos preparamos el cangrejo. Tras eso, nos sentamos a discutir el tema. "No podemos seguir escapando de cada oponente no 'Tao' que se nos cruce, vamos a necesitar un atacante más." Janice miró al bar, no abundaban los peleadores solitarios.
"Supongo que tendremos que buscar un novato." Dijo al ver el sitio. En este momento nos encontrábamos en un punto muerto. No podíamos robar un miembro a otro grupo por el contrato y los pocos cazadores solitarios que servirían no estaban dispuestos a ceder parte de las ganancias por entrar en un grupo.
Después de comer y como de costumbre fui con la posadera para entrenar mientras Janice se quedaba a abrir su trabajo de medio tiempo. Al ser una de las mejores en la médica, se había vuelto excelente en quiropráctica y acupuntura con los dedos, por lo que no era raro que los aventureros fueran a que los cure después del trabajo porque salía más barato que un médico de cabecera.
Mientras ella se ganaba un dinerillo extra, yo entrenaba con la posadera. Esta mujer era una ex-cazadora a la que la compañía le dio el puesto de posadera porque su cuota mensual era demasiado alta, incluso le dieron el rango de "amenaza para el ecosistema". Como hobby tenía enseñarle a los aventureros y a su hija técnicas básicas de defensa.
"Muy bien chico, continuaremos con el paso lateral. Como ayer, cuando venga el ataque, pivotea sobre tu pie trasero para esquivar mi ataque." Aunque lo decía como si fuera fácil, ella lo hacía difícil. Cuando tomó su martillo de madera, la posadera desapareció por un segundo, para cuando me di cuenta, el suelo donde antes estaba se había hundido y la tierra agrietada, mientras yo estaba de costado al golpe.
"¿Qué?" Dije sorprendido. La posadera se mostró sonriente.
"Parece que tu memoria muscular ya empezó a asimilar esta esquiva. Probaremos un par de veces más y luego aprenderás el paso hacia atrás." Durante cerca de una hora estuvimos practicando. Janice se quedó un poco más atendiendo pacientes mientras yo me fui a bañar. Al salir, me encontré una nota sobre mi ropa.
"Dejaré la puerta de mi cuarto abierta esta noche, sólo asegúrate que mamá no te vea." Aún sin ver la firma, estaba claro que era la hija de la posadera, espera... Si esto es lo que creo que es, parece que mi suerte se hace cada vez mejor...
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Tres imbéciles en otro mundo
FantasyEsto se trata de tres historias separadas que seguirá a tres amigos que tras cruzar una puerta y encontrarse con un autropclamado Dios, les dará un talento u objeto especial a cada uno y los mandará a vivir aventuras por este mundo. Primera historia...