Playing with fire

F i f t e e n

Vanille volvió a bloquear el teléfono tras haber rechazado la llamada de Gwen.

— Pensé que había quedado todo claro entre nosotros, Lou. – dijo una vez que puso el teléfono dentro de su suéter.

— Lo intenté, pero es difícil para mí.

— Fue un error haber salido contigo.

— Yo no puedo decir lo mismo.

— Será mejor que te vayas, mi novio debe estar por llegar.

Lou sonrió.

— Está en la escuela con la sesión de fotos.

— ¿Tú cómo sabes eso?

— Fui yo quien lo propuso.

— ¿Tú? ¿Puedo saber el motivo?

— ¿No es obvio? – dio un paso más cerca de ella. – Quería hablar contigo y todo el tiempo estás pegada a él o a tus amigas... ¿De verdad no estás dispuesta a darme una sola oportunidad?

— No, entre tú y yo no podría haber nada, tal vez ni siquiera podríamos ser amigos.

Él asintió. No hubo más palabras, Vanille se dio media vuelta para volver a su casa, se alejó apenas unos cuantos pasos y Lou la alcanzó abrazándola por la espalda.

— Te prometo que es la última vez que te molesto. – le susurró al oído.

Vanille se quedó quieta por un par de segundos, hasta que su teléfono sonó nuevamente.

— Deberías contestar, puede ser importante. – la soltó y volvió al interior de su auto.

Lo escuchó alejarse por la calle, fue entonces cuando tomó el teléfono del interior de su suéter y mientras entraba a su casa llamó de vuelta a Gwen.

— ¿En dónde estabas, Vanille? – preguntó su amiga tan pronto como respondió la llamada.

— Con... tenía algo que hacer ¿Pasa algo? Tengo llamadas pérdidas de ti y Soleil.

— Es Seunghyub, está en el hospital...

♡•♡•♡

En la sala de espera estaban Soleil, Gwen y los padres de Seunghyub, minutos después llegó Diora y corrió a ver a su hija para asegurarse de que se encontraba bien.

— ¿Quiénes fueron?

— No tengo idea y tampoco sé que querían. – respondió Soleil con la preocupación pintada en el rostro.

— Ven aquí. – la abrazó y acarició sus cabellos. – Es hora de irnos.

Fue a despedirse de Gwen quien había dicho que esperaría un poco más a que llegara Vanille, su madre habló unos minutos con los padres de Seunghyub y luego de eso se fueron.

En el camino no hubo comentarios, Soleil permaneció mirando a través de la ventana esperando a que llegaran. El auto se detuvo frente a la entrada de la casa y ambas bajaron al mismo tiempo, Diora siguió a su hija hasta su habitación llevando con ella la mochila, misma que le entregó.

— ¿Por qué me mentiste? – preguntó Diora con toda calma.

Fue entonces que Soleil cayó en cuenta de que no podía sostener su pequeña mentira.

— Sobre eso... fui a la escuela por una sesión de fotos, me lo pidió una profesora.

— ¿Y tenías que ocultarme eso?

Tomó la mochila y la abrió al mismo tiempo que dejaba salir un pesado suspiro, tomó el uniforme del interior y se lo mostró a su madre.

— Esto era lo que tenía que ocultarte. Soy porrista, desde hace tiempo, el grupo de estudio en realidad no existe, lo inventé para poder salir con mis amigas, así podía ir tranquilamente a las prácticas y a los juegos.