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El plan para esa mañana era bajar las escaleras, salir corriendo de la casa e ir a la escuela a tratar de seguir con sus clases sin preocuparse por otra cosa.

— Soleil.

Escuchó a su madre hablar desde la cocina justo cuando estaba por llegar a la puerta principal, dio media vuelta y caminó de regreso.

— ¿Sí?

— Desayuna.

Se quitó la mochila de los hombros y la dejó sobre una silla para después tomar asiento, su madre le puso enfrente un plato con fruta y un vaso con jugo de zanahoria.

— Necesitas comer bien para hacer todos tus deberes.

— Claro. – Se llevó un trozo de sandía a la boca.

— Sobre esa materia que mencionaste ayer... soluciónalo.

— ¿A qué te refieres exactamente?

— Habla con tu profesor, pide una segunda aplicación de examen, clases extra, trabajos ¿Qué sé yo? Usa tu cabeza, hija.

— Ya hablé con él, dijo que... está ocupado.

— Intenta de nuevo.

— Pero mamá...

— Sin peros. – Tomó su bolso sin dar oportunidad a más comentarios. – Nos vemos después, no llegues tarde.

— Hoy tengo grupo de estudio.

— ¿Ah sí? Bien, aprovéchalo entonces.

Diora se fue y pocos minutos después también Soleil.

♡•♡•♡

— No olvides la junta. – Comentó Gwen desde el marco de la puerta mientras observaba a su madre maquillarse.

— ¿Junta?

— Calificaciones parciales...

— Ah, eso. – Volvió a prestar atención al espejo para pintarse los labios. – ¿Segura que tengo que ir?

— Sí.

— Ya qué. – Respondió seguido de un suspiro, como si le fastidiara tener que hacer acto de presencia en un evento que tenía que ver con su hija, en realidad así era.

— Nos vemos más tarde.

— Sí, sí.

Gwen dio media vuelta y se retiró de su casa. En el camino sólo podía pensar en que su madre consideraba cualquier cosa más importante antes que ella, se lo demostraba continuamente. Detuvo sus pasos al llegar al semáforo, ahí escuchó su teléfono sonar y al revisarlo leyó un breve texto que de inmediato la hizo sonreír.

"¿Desayunamos juntos?"

De inmediato respondió con un "sí".

Cambió de ruta hacia una cafetería.

Al llegar vio a su cita esperando por ella en una de las mesas junto a las ventanas.

— Hola. – Le saludó con una sonrisa.

— Hola, Gwen. – Él le sonrió de vuelta y se puso de pie para acercarse a ella y darle un beso en los labios. – Te extrañé.

— También yo. – Tomó su mano y se sentó a su lado. – Has estado ocupado estos días.

— Con las evaluaciones y mi trabajo independiente, apenas me queda un poco de tiempo libre.

— Lo imaginé.

Playing with fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora