mis caderas adoptan una intensidad mucho mayor y la cocina se llena rápidamente de sus súplicas gritadas, pidiendo por más. paso mi brazo por su torso para incorporarlo y tenerlo pegado por completo a mi pecho.
de esta manera, las estocadas son mucho más profundas y tengo mejor acceso para poder besarlo. no dudo ni medio segundo en hacerlo, disfrutando todo lo que puedo de su precioso cuerpo.
―mierda, youngie, eres delicioso ―pronuncio entre suspiros, tratando de ir más deprisa, más hondo. ―me tienes loco.
―tenía razón ―concede, entrelazando sus dedos en los rizos de mi nuca. ―es la mejor follada de mi vida, tae.
―me alagas, pequeño ―sonrío contra sus labios y le beso, tragándome sus respiraciones aceleradas. ―dios, no creo que aguante mucho más.
―oh, sí, ahí ―exclama cuando mi glande machaca su próstata incesantemente. ―si sigues así, yo tampoco lo haré.
eso es lo único que necesito para seguir empujando con fiereza, poseyéndole como si fuera la última vez que pudiera hacerlo. en cierta manera lo es, aunque no me apetece pensar en eso ahora.
no quiero recordar cuál era mi verdadera misión, solo quiero disfrutar del magnífico hombre que tengo completamente pegado a mí, gimiendo mi nombre y rogándome que no me detenga.
―estoy demasiado cerca, doie ―le advierto, mis embestidas comienzan a ser erráticas. ―estás tan estrecho, me encantas.
―ah, ah, ah, taeyong, ahí, así ―solloza, apoyando su cabeza en mi pecho y gimoteando sin cesar. ―ya casi, sigue, sigue.
no podré aguantar mucho más y, queriendo que alcancemos el orgasmo juntos, guío mi mano hasta su erección la masturbo al ritmo de mis penetraciones.
el cuerpo del castaño tiembla contra el mío debido a las intensas sensaciones que lo recorren y, a decir verdad, yo no es que esté en mucho mejor estado.
―córrete para mí, precioso ―le urjo, luchando contra mi propia liberación.
―solo un poco más, tae, un poco más ―suplica, moviendo sus caderas contra las mías, golpeando con sus nalgas a mi entrepierna. siento el momento en el que todo su cuerpo se tensa, anunciándome que su orgasmo está a la vuelta de la esquina. ―¡ah, taeyong, sí!
su garganta grita en el momento exacto en el que el clímax lo alcanza, sacudiéndose con violencia, derramándose en mi mano y asfixiando demasiado placenteramente mi miembro.
―dios, doyoung ―siseo instantes antes de correrme con un fuerte gruñido, enterrando mi rostro en su hombro y mordiendo la piel a mi disposición.
sus piernas tiemblan y si no estuviera completamente adherido a él, probablemente hubiera caído al suelo. lo giro con cuidado, sujetándolo con fuerza con ambos brazos para darle la estabilidad que necesita y pego mi frente a la suya, serenándome.
sus manos se alzan hasta que encuentran mis rizos, que se entretiene a acariciar mientras me besa perezosamente, saboreándome con lentitud y parsimonia. mi corazón late desbocado ante los gestos del menor, rogándome que no le suelte jamás. nunca me había sentido así con respecto a nadie, y lo achaco a la sensación post orgásmica.
doyoung lame mis labios como si fuera un gatito, haciéndome sonreír y estrechar mi agarre en su cintura. imita mi gesto a la vez que ladea la cabeza lo justo para rozar mi nariz con la suya propia, provocando que mi mueca se ensanche y aparezcan mis hoyuelos.
―llévame a la habitación, yong ―ronronea de manera coqueta, encendiéndome de nuevo y teniéndome por completo a sus pies.
le alzo por los muslos, ayudándole a rodear mi torso con sus piernas, y, sujetándole por las nalgas, nos encamino hacia su dormitorio. durante todo el trayecto, los labios del joven no han abandonado mi cuello y mandíbula, teniéndome ansioso por volver a sentirlo a mi alrededor.
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hitman
Fanficsolo es una víctima más. un joven del que desahacerse. un encargo que ha de cumplir. será fácil... ¿o puede que no?