Todoroki Shoto x Tn - ONESHOT'S

1.2

Jueves 25 - 22:00 hrs.
*Dormitorios de la UA, clase 1-A*

"G: Ejem, Duquesa...

'Ah cierto, tengo que despedirme de esta persona.'

A: Duque por favor tenga un viaje seguro y regrese a salvo a casa.

*Sin pensarlo demasiado la Duquesa le dio al Duque un pañuelo que su sirvienta había preparado y besó su frente*"

— ¡MAMÁ!

(Tn estaba tan emocionada que por impulso aventó el cojín que tenía en sus piernas, para después dar muchos golpes al piso y decirle a su compañero imaginario:)

— Oh por dios, ¿viste eso?, asdkf.

"*Al sentir algo suave y desconocido en contacto con su frente, el Duque levantó la mirada, y solo hasta que los zafiros se encontraron con los diamantes, la Duquesa se dio cuenta de lo que había hecho*

G: Ajajaja, la juventud..."

— Asdkf, ¿cómo pueden ser tan bonitos? no, no, no, ¡es que no puedo!, veamos eso de nuevo.

Tente a mi alrededor para buscar el control, pero no podía sentirlo por ningún lado, así que me levanté de mi cómodo lugar en el piso, cuando de repente.

*TOC TOC*

Los fuertes golpes de la puerta me asustaron.

¿Quién podría ser a esta hora?

Eran las diez de la noche y la lluvia que comenzó en algún momento, todavía no cesaba.

¿Puede que sea Aizawa sensei?

Mmm... pero él dijo que-

*TOC TOC*

Ugh, como sea, veamos quien es.

Le puse pausa a la serie y camine rápidamente a la puerta, me asome por el picaporte y entonces.

No me podía creer quien estaba al otro lado.

No, no, no, no puede ser.

Me quité la mascarilla y la tiré al piso, me tallé los ojos para asegurar que no me estuvieran jugando una mala broma y entonces volví a mirar.

Pero incluso después de aclarar mi vista, la persona afuera seguía siendo la misma.

— Ay no...

*TOC TOC*

Rápidamente subí a mi cuarto a buscar la llave y una toalla, bajé corriendo, encendí las luces de la sala y abrí la puerta.

— Todoroki-san, ¿qué haces aquí?, ¿no estabas con tu familia?

Preguntaba un poco alarmada mientras él entraba y yo le daba la toalla que había bajado.

— Gracias.

Contrario a la urgencia en mi tono, él agradeció el gesto con tranquilidad, mientras yo volvía a cerrar la puerta.

Al girar, me sorprendió ver al contrario resbalarse con la mascarilla que tire y antes de darme cuenta, ya lo estaba sosteniendo por debajo de los brazos para evitar que golpeara su cabeza.

¡!

El susto y la sorpresa habían sido tal, que nos quedamos en esa posición por unos segundos.

— ...

— ...

— ¿E-estas bien?

Pregunte aun sosteniéndolo, cortando con el incomodo contacto visual al que nos vimos sometidos.