Despertó atontado cuando la pequeña criatura junto a el lloro a todo pulmón, a tientas encendió la pequeña luz de noche en forma de conejo tomando a su pequeña bebé en brazos para alimentarla, acomodo a la bebé de dos meses dejándola succionar cuanto quisiera de su pecho mientras el sueño les ganaba, para cuando fue consiente de que su pequeño ser de luz había despertado de nuevo era porque necesitaba un cambio de pañal, por fortuna Souya llegó por la pequeña Ume para darle una hora de descanso, agradeció en silencio dejándose caer boca abajo en la cama mientras escuchaba como Rindou y Sou atendían a la bebé.
Rin jugaba con uno de los peluches de Ume mientras Souya la arrullaba, de vez en cuando le mostraba los mensajes que Ran le mandaba de sus días fríos en Londres, la parejita se miró cuando Nahoya bajo más muerto que vivo para salir a trabajar, a penas si arrastro los pies para despedirse de su ciruela se fue dejando a la pareja solos con la bebé y es que desde hacía casi un año que Ran se había ido muchas cosas habían cambiado, entre ellas la llegada de una bebé que solamente contaba con ellos para cuidarla y de Nahoya para vivir, quien diría que en tan poco tiempo una ciruela podía cambiar tanto la vida de alguien.Y es que desde el descubrimiento del embarazo de Nahoya nada marchaba bien, el pelinaranja había tenido una discusión y pelea con su madre, desde ese día la relación entre ambos se tensó tanto que el mayor de los gemelos terminó yéndose, pornfortuna Rin esa misma noche había podido convencer a Kakucho de restarle su departamento al chico para que no pasase fríos, posteriormente Sou se mudó parcialmente con su hermano para ayudarle con su bebé, cuando ambos supieron que era una niña se sintieron aliviados, decían que las niñas eran seres tranquilos y apegados a su padre, Nahoya sonrió de nuevo por esa vez al saber que no estaría tan solo, por lo menos tendría a su pequeña ciruela con el.