Seguía recibiendo pequeñas florecillas en pequeñas macetas que le eran entregadas por Mikey, siempre que le preguntaba al rubio quien las mandaba este salía corriendo detrás de cualquiera de sus amigos o hermana dejándolo con la duda, tras un mes de flores que ya ocupaban buena cantidad en el jardín improvisado de su hogar se decidió a saber quien las mandaba, Manjiro de mala gana había accedido a decirle, lo había citado en una cafetería, no muy convencido había asistido, al llegar fue recibido por Manjiro y su hermano mayor, junto a ellos había otro chico, sus ojos cielo miraron directo los ojos violetas que le eran tan hipnóticos detrás de aquellos lentes que solamente resaltaban más aquellas brillantes amatistas.
Rindou miraba directo aquellos ojos color cielo, examinaba con cuidado al chico frente a el, cada gesto, cada sonrojo, como esos preciosos ojos lo miraban con curiosidad.
Souya Kawata sin duda era el cielo en la tierra.