Movía sus dedos sobre las cuerdas del bajo acústico sin sentir en realidad ganas de tocar, llevaba medio día encerrado en su habitación, dormir la noche anterior había sido difícil al recordar a Nahoya, desde el marco de la puerta su madre y Rindou lo miraban atentamente, cuando aventó la plumilla en su mano y dejó el instrumento en su lugar, dio media vuelta viendo que tenía público, no dudo en enseñar la lengua antes de dejarse caer sobre su cama. Rindou no dudo en aventarse sobre el cómo cuando eran niños, su madre los regaño al ver como ambos rodaban al suelo entre risas.
Momentos después del regaño ambos habían acompañado a su madre al supermercado para comprar todo lo necesario para la cena de esa noche, la delgada mujer los regaño de nuevo cuando ambos pasaron a toda prisa, Rin iba sentado al interior del carrito de metal mientras Ran lo empujaba, la pobre mujer tuvo que disculparse más de una vez por los desastres de sus retoños.
Los tres regresaron a su hogar para comenzar a preparar la cena, a pesar de las quejas sobre que aún era muy temprano para tal cosa.
Evitaba que Nahoya lo viera sonriendo, sabía que no podría evitar sus preguntas si lo veía tan feliz sin razón aparente, su buen humor solamente aumentó cuando un mensaje de Rindou llegó avisando que pasarían por él una hora antes, sin decir nada subió hasta su habitación para tomar un corto baño y comenzar a arreglarse.
A Nahoya se le hizo extraña la actitud de su hermano, ignoro por un momento aquello cuando el timbre sonó con insistencia, al abrir Yasuhiro estaba del otro lado con un panquecito que le dio, pronto terminaron en la sala entre besos y risas que eran calladas de inmediato, cuando vieron a Souya bajar arreglado no dudaron en ver si saldría, su sospecha se confirmó cuando tres suaves toques en la puerta se escucharon.
Ambos se asomaron lo suficiente para ver como Souya abrazaba a un chico, Nahoya entrecerró los ojos al reconocerlo, cuando estaba por decir algo otro chico apareció para darle a su hermano un ramo enorme de rosas, vieron a Souya entrar de nuevo junto a los chicos, Ran no pudo evitar dirigir una mirada rápida a Nahoya, regreso su atención a Souya que le sonrió tímidamente tomando su mano y la del otro chico para salir de su hogar sin decir nada.
Nahoya se mantuvo con una mueca viendo como el auto al que había subido su gemelo se alejaba, ignoro a Yasuhiro el resto de la tarde esperando a que Souya respondiera alguno de los mensajes que había mandado.
Los chicos miraban a sus padres, los oscuros ojos de su madre se cerraban debido a la sonrisa en su rostro al ver a Souya, en cambio, los ojos violetas y profundos de su padre miraban a Rindou mientras asentía viendo después al peliazul.La cena pasó tranquila para ellos, pronto se vieron hablando de temas al azar, Soya se sorprendió cuando la señora Haitani le invitó el siguiente fin de semana a la casa de campo de la familia junto a su madre y Nahoya, el chico acepto de manera tímida, la mujer sonrió de manera angelical dejando una suave caricia en la mejilla del menor antes de ser llevada la habitación por su esposo para que pudiera descansar.
Estando solos, Ran no dudo en suspirar, miro a los menores sintiéndose incómodo cuando Souya se abrazó a Rindou buscando atención, los enormes y brillantes ojos de Souya se fijaron en él, ambos se sonrieron hasta que el menor hablo.
— Si quieres acercarte a mi hermano debes ir con calma, hoy vi que morías por hablar con él, no podrás hacerlo con Yasuhiro a su alrededor así que mantén la calma Ranie—