Ran estudiaba a la pequeña bebé que parecía hacer lo mismo con el, la mirada de la pequeña Ume cambio de dirección cuando Rindou agito el biberón frente a ella, la bebé se removió en su silla amenazando con llorar, el mayor de los Haitani estiro la mano tomando el preciado objeto de atención de la niña para después sacarla del portabebés y acunarla en sus brazos, alimento en silencio a la niña quien poco a poco se quedo adormilada, tras hacerla eructar la arrullo de nuevo dedicándose esta vez a verla dormir, analizo cada pequeña facción convenciéndose que la ciruela era mas parecida a Nahoya que al donador que había prestado su código genético para hacerla, permaneció así hasta que la voz melodiosa de Nahoya se escucho.Había sido un día largo y complicado, sus pies y espalda dolían, pero nada importaba si al terminar su jornada laboral podía ver a su bebé, ver a su pequeña valía cada segundo de cansancio.
Cuando por fin pudo volver a casa se encontró a medio camino con su gemelo, Souya lo saludo feliz, ambos caminaron entre risas y bromas tontas hasta el hogar que ambos compartían, todo iba bien hasta que su vista enfoco una cabellera morada, un par de ojos amatistas y a su bebe.