°•• Día 14 ••°

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Desperté con la cálida sensación de los rayos de sol sobre mi piel. Bajé la mirada y observé al menor en mis brazos, de nuevo, no pude evitar sonreír. El hecho de pensar que al fin mi vida estaba mejorando me provocaba ganas de llorar de felicidad, todo se lo debía al pequeño chico que tenía refugiado en mi pecho.

Dediqué unos segundos a valorar el sentimiento de tener al mundo entero entre mis manos, Jimin era mi mundo. Miré que tenía unas pequeñas medias lunas oscuras bajo sus lindos ojos, eran ojeras. Su piel estaba blanca como la nieve y tenía un pequeño rasguño en su manita, la cual se aferraba con firmeza en mi camisa.

— Bonito~

Al escucharme el contrario abrió sus ojitos y le sonreí. Besé su frentecita y volví a refugiarlo.

— ¿Estás bien pequeño?

Lo miré asentir y volvió a cerrar sus ojitos para dormir, solté una risita de ternura por el gesto.

— Vi que tienes un rasguño en tu manita, ¿Te lastimaste?

— Fue con una rama cuando llegué anoche...

— ¿Por qué viniste aquí?

Acaricié su cabello con la mayor delicadeza posible, como si el menor fuera lo más delicado del mundo.

— Este lugar me hace feliz

— ¿Por qué?

— Porque me recuerda a vos hyung

Por sus bonitas palabras besé su mejilla y tan solo me dediqué a mimar su cabello mientras veía el agua caer por el precipicio.

— Hyung

— ¿Sí bonito?

— ¿Vos me quieres?

Al escuchar la pregunta lo miré un poco sorprendido. Yo no lo quería, lo amaba.

— Claro que te quiero Jimin

Él tan solo sonrió y besó mi mejilla, me quedé un poco embobado por el gesto.

— Yo también te quiero, ¿Hoy podemos pasar el día juntos?

— Por supuesto que sí, ¿Qué te gustaría hacer?

— Vos me enseñaste tu lugar especial, así que yo quiero enseñarte el mío

Asentí al menor con curiosidad. Luego de eso y unos cuantos abrazos más, nos levantamos y tomamos el autobús. Desayunamos algunas cosas que Jimin traía en su mochila y fuimos a su lugar. Me gustaba tener la oportunidad de cada día poder conocerlo un poco más, me sentía el hombre más afortunado del mundo a pesar de toda la mierda que tuve que pasar.

Luego de unas horas en el autobús llegamos, era la playa. Estaba completamente vacía y tan solo tenía los adornos de la arena y el mar.

Jimin se sentó a unos metros de la orilla y lo acompañé sentándome junto a él.

— ¿Sabes por qué me gusta este lugar?

Al escucharlo lo miré, sus ojitos brillaban mientras miraba el mar como si fuera la mayor obra de arte haya visto en su vida. En mi caso, la mayor obra de arte que he visto nunca es él.

— Te escucho bonito

— ¿No te parece increíble? El horizonte me refiero... Hace que me sienta pequeño en comparación al resto del mundo. Ahí fuera hay miles de vidas... Miles de historias, miles de millones de personas, de animales, de estrellas y de nubes que pueden ver cosas que nosotros jamás veremos... A veces me gustaría ir hacia el horizonte

Jimin no podía apartar la mirada del cielo y el mar, se notaba que era muy importante para él.

— ¿Cómo imaginas que sería ir allá pequeño?

— Estoy seguro de que cuando llegue mi momento reencarnaré en una golondrina, y cuando eso pase, volaré hacia el horizonte... Y podré ver todo aquello con mis propios ojos

Rodeé su cintura con uno de mis brazos y el menor recostó su cabeza en mi hombro. Por respeto decidí no fumar y tan solo miré las vistas junto a él.

— Nunca creí que serías este tipo de persona bonito

— La mayor parte de las veces las apariencias engañan hyung

— Pero tú eras el prototipo de chico popular y amable

— Aún aparentando eso me querías

Sonreí y besé su frentecita mientras le daba suaves caricias

— De esa forma te quería, pero esta forma es la que hace que te ame

Por primera vez desde que llegamos Jimin me miró, le sonreí con toda la calidez de mi corazón y por un momento creí que esto se trataba de un sueño. Me devolvió la sonrisa y nos quedamos en silencio, las palabras sobraban cuando los sentimientos hablaban.

Durante varias horas nos dedicamos a tomar fotos, dibujar, hablar sobre nuestras aspiraciones y simplemente hacernos compañía.

Cuando ambos nos sentimos cansados, nos levantamos y lo acompañé a su casa. Recordaría este día por el resto de mi vida. Me despedí de él con un abrazo y le dije que vendría por él mañana para ir a clases juntos.

Suspiré embobado cuando se cerró la puerta de su casa y caminé hacia el humilde departamento de mi padre. Estaba comenzando a replantearme seriamente al menos intentar dejar de drogarme por Jimin... Tal vez sería una buena forma de demostrar que realmente quería algo serio con él.

Al llegar me duché y fui a la cama. Desde hacía días tenía ganas de escribir, pero aún no lograba saber qué, así que, como siempre, terminé cerrando mi libreta y me acosté en la cama para soñar con el amor de mi vida, Jimin.

𝙔𝙤𝙪𝙧 𝙇𝙞𝙚 - 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora