𝙔𝙤𝙪𝙧 𝙇𝙞𝙚 - 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗

°••Día 3••°

A la mañana siguiente desperté completamente emocionado, me sentía feliz de poder ir hacia la escuela junto a Jimin, mis emociones por primera vez desde hacía tiempo eran positivas, y eso era porque ese pequeño niño me llenaba con un sentimiento de tranquilidad, algo que anhelaba y lo sentía como una necesidad.

Era consciente de que no me expresaba con facilidad, sentía dificultades para poder explicarme o hacerle saber a alguien como era mi forma de pensar, como dirían los escritores, me encontraba sin ningún brillo en mis ojos, y eso era porque no tenía motivo de brillar, vivía en una rutina que no podía cambiarse, o al menos eso creía, tal vez gracias a ese pequeño chico podría despertar en mí algo que murió hace tiempo, llamado felicidad.

Luego de varios minutos pensando mirando hacia el armario todas las pequeñas montañas de ropa que me daba flojera doblar, decidí ponerme lo de siempre, unos jeans negros algo ajustados, una camisa blanca y sobre esta una sudadera negra, proseguí lavando mis dientes y al terminar salí, no estaba acostumbrado a desayunar y mi padre la mayoría de las mañanas se encontraba durmiendo por la resaca.

De camino al instituto me paré frente a la casa de Jimin mirando como el pequeño se despedía de su madre, por unos segundos sentí algo de celos, ese niño tenía suerte de tener unos padres como los suyos, cuando terminó sentí que me buscaba con la mirada y al verme se acercó con una sonrisa.

—¡Buenos días Yoongi! Creí que no recordarías que iríamos juntos —vi sus hermosos ojos achicarse haciendo dos medias lunas debido a su hermosa sonrisa, ¿Creyó que lo olvidaría? No dejé de pensar en ello toda la noche,
—Siempre suelo cumplir con lo que
digo— Sin más comencé a caminar y Jimin se dedicó a seguirme mientras me miraba curioso, se me hacía tierno verlo así, saqué un cigarrillo y comencé a fumar cuidando que el humo no llegara al rubio

—Yoongi... ¿Por qué fumas?
—Es algo que me ayuda —respondí sin darle importancia
—Pero eso es malo... ¿A qué te ayuda?—-Te gusta mucho hacer preguntas —dije un poco molesto, sabía que él no lo hacía con mala intención, pero no me gustaba hablar sobre eso, lo escuché suspirar y no dije nada.

Minutos más tarde llegamos al instituto él se despidió casi en un susurro y se marchó con sus amigos, suspiré sintiéndome un poco culpable aunque no me arrepentía.

Durante el resto del día no fui capaz de prestarle atención a otra cosa que no fuera Jimin, en el instituto nunca me dirigía palabra... Tal vez me utilizaba para no ir solo a clases y se avergonzaba de mí, la verdad no me sorprendía que eso pudiera pasar, ante ese pensamiento perdí toda la emoción que tenía al despertar en la mañana.

Las horas de clase fueron pasando mientras me seguía repitiendo ese mismo pensamiento, cuando llegó la hora del receso me marché al patio trasero, no iba nadie así que allá estaba siempre solo, comencé a hacerme un cigarrillo y añadí algunas sustancias más aparte de la nicotina para luego llevármelo a los labios y fumar.

Miré un punto fijo de forma perdida con la visión borrosa mientras fumaba, ese pensamiento estaba lentamente matándome por dentro, tal vez suene algo exagerado, pero cuando crees que tu único motivo de vida tan solo te está utilizando sientes quebrarse un poco más el corazón. Lancé el cigarrillo al piso y lo pisé para apagarlo, tomé mi mochila y salí del patio para luego salir del edificio, no tenía ganas de asistir a las últimas clases, al llegar a la salida Jimin y yo cruzamos miradas, lo miré a los ojos sin expresión alguna y salí mientras escuchaba a sus amigos cuchichear sobre mí.

Me dirigí a casa mientras suplicaba internamente que mi padre estuviera en los juegos, suspiré con victoria al ver que era así, al menos tendría algo de suerte hoy, me quité la sudadera y la dejé caer sobre la cama, preparé algo de marihuana y la inhalé soltando un suspiro, cerré los ojos soltando una risa levemente al recordar la pregunta de Jimin, "Yoongi... ¿Por qué fumas?", Para no contarle al mundo que a diferencia de la tuya, mi vida es una mierda.

Varias horas después me quedé dormido en la cama bajo los efectos de la droga.