°•• Día 10 ••°

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Al despertar miré alrededor, suspiré y me levanté de la cama.

Miércoles.

Apenas llevábamos media semana laboral, no quería ir a clases, aunque la idea de ver a Jimin me gustaba. Decidí levantarme y me vestí igual que siempre, tener 6 prendas de ropa exactamente iguales ayudaba a no tener que pensar cómo debería vestirme. Al terminar tomé mis cosas y salí de la habitación, a diferencia de ayer, papá no estaba en casa, así que salí rápido y fui a reunirme con Jimin mientras fumaba.

Ganar dinero en mi familia no era algo fácil, mamá no estaba y papá tan solo gastaba, así que no tenía más remedio que trabajar. A mi edad no habían muchos trabajos disponibles, así que tan solo componía canciones y las venía a pequeños grupos de música o bares que hacían espectáculos. Mi cliente más habitual era Josh, nadie importante, tan solo un tipo de un curso mayor con esperanzas de formar un grupo de música. Un iluso, aunque a mí me iba bien para vender y para comprar la droga.

Fui al instituto con Jimin, su compañía se había vuelto algo habitual, aunque seguía sin entender por qué. Me gustaba verlo feliz, eso le daba calma a mi corazón, ya que el ambiente en el que vivía era de todo menos feliz.

Al llegar el menor fue a su clase y yo fui a mi árbol, saqué mi libreta y comencé a escribir y a hacer algunos garabatos, tarareé algunas melodías mientras componía y tomé una calada del porro recién hecho. En el descanso le vendí la canción a Josh y sonreí porque conseguí algo de dinero. Volví con Jimin y lo miré, al parecer hoy no estaba teniendo su mejor día.

— ¿Todo bien Jimin?
— Sí... Solo estoy un poco deprimido por mis calificaciones... Saqué 8 en vez de 9

Rodé los ojos al escucharlo, apenas yo llegaba al 3 y me alegraba, suspiré y le ofrecí mi mano.

— Ven, vamos a animarte un poco

Jimin tomó mi mano y caminamos juntos, las clases habían terminado, así que ya podíamos salir. Pensé en qué hacer, el dinero que conseguí era para droga y cigarrillos, pero no me gustaba ver a Jimin triste, aunque debo admitir que con ese puchero y sus ojitos de gatito se veía demasiado hermoso.

— No me gusta verte así, así que te invitaré a un helado

Parece que Jimin se sorprendió y me miró.

— ¿De verdad hyung?

Al verlo sonreír más animado se me escapó una leve sonrisa, prefería gastar el dinero en hacer feliz al menor. Puedo vivir sin droga... Al menos por el momento.

— Sí, pero no creas que lo hago por ti, es porque verte así de triste me deprime

Obviamente, no iba a admitir que era porque me preocupaba, decirle eso sería como declararme y me niego a hacerlo porque de pensarlo ya me da un ataque.

— Aún así, muchas gracias por invitarme

Verlo con esa hermosa sonrisa hacía que me quedase embobado. ¡Joder Yoongi, ¿qué mierda te pasa?!

Fuimos al parque por un helado, pude saber que su favorito era el de fresa, casi tan dulce como él. Y luego fuimos a pasear mientras comíamos.

— Hyung como agradecimiento me gustaría que volvieras a dormir en mi casa, la última vez me lo pasé muy bien con vos

Me gustó la invitación y acepté, apenas habíamos dormido juntos un día y ya me había hecho adicto a tener al menor entre mis brazos.

Terminamos los helados y fuimos a su casa, sus padres aún no habían llegado, así que fuimos a su habitación. Reí levemente al ver que ya tenía todo preparado; dos pijamas, mucha comida basura, las luces prendidas y el Netflix en la pantalla del ordenador.

— ¿Cómo sabías que iba a aceptar?

— Porque si no lo hacías te iba a obligar

Jimin rió y negué divertido, mientras él se cambiaba en el baño, yo me cambié en su habitación y miré la decoración. Tenía una pared dedicada a fotografías, había con su padre, su madre, los tres juntos, algunas que supuse que eran de sus antiguas mascotas y algunas de sus amigos de la infancia, me sorprendí al ver que no habían fotos de Taehyung y Jungkook, ellos son sus mejores amigos.

— Listo hyung, ya terminé

Al escucharlo me volteé y lo miré sonriendo con levedad, me senté en la cama y él hizo lo mismo luego de acomodar la comida y el ordenador.

— ¿Qué película veremos pequeño?
— A dos metros de ti

Lo miré haciendo una mueca

— ¿Tiene que ser de amor?
— Sí, y no te quejes que ya empieza

Suspiré y tan solo comí papitas mientras me dedicaba a ver cómo el menor lloraba durante toda la película, de vez en cuando acariciaba su cabello en forma de consuelo, aunque me gustaba lo sensible que era.

Al final el menor se quedó dormido, sonreí con ternura y me levanté, acomodé toda la comida y el ordenador en la mesa y apagué las luces. Con cuidado de no despertarlo lo acosté de forma más cómoda y lo abracé refugiándolo en mi pecho. Había extrañado demasiado la sensación de tener mi mundo entero entre mis brazos.

Lo miré fijándome en cada detalle y me atreví a besar su frentecita. Eran demasiado lindos los bajos ruiditos que hacía al dormir. Lo arrullé con suavidad y me quedé dormido mientras lo abrazaba teniendo una de las mejores noches de toda mi vida.

𝙔𝙤𝙪𝙧 𝙇𝙞𝙚 - 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora