𝙔𝙤𝙪𝙧 𝙇𝙞𝙚 - 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗

°•• Día 17 ••°

Desperté al sentir unas caricias en mi mejilla, abrí levemente mis ojos y miré a Jimin. Él se veía muy concentrado mientras me observaba y lo abracé de la cintura para acercarlo un poco más a mi cuerpo.

— Buenos días mi niño.

Le hablé al menor con voz suave y besé su mejilla, amaba poder despertar sintiéndome de estar forma, nunca habrá alguien como Jimin.

Él me abrazó y se escondió en mi pecho cerrando sus preciosos ojos.

— ¿Te sientes bien?

Lo miré asentir y acaricié su cabello mientras besaba su mejilla.

— Tuve una pesadilla hyung...

— ¿Qué pasaba en esa pesadilla bonito?

Noté que sus ojos estaban levemente cristalizados y traté de calmarlo con algunas caricias.

— Tranquilo pequeño, fue solo una pesadilla, ya estás seguro.

Lo escuché susurrar algo, aunque no logré entender con claridad lo que decía.

— Hyung hoy no quiero ir a clases.

Alcé una ceja con curiosidad y lo cubrí bien con una manta mientras lo cuidaba.

— Yo tampoco quiero ir, pero no quiero que tus padres se enojen y ya no me dejen acercarme a ti, además ayer ya faltaste.

— Solo hoy... Por favor.

Suspiré ya que no podía decirle que no. Besé la comisura de sus labios y lo miré.

— Cariño, soy el primero que dice que no vayamos, pero sabes que eso no está bien y pueden enojarse contigo tus padres y los profesores.

— Lo sé...

— Te prometo que si vamos pasaremos el resto del día juntos, ¿Sí? Solo son unas horas.

El menor asintió sin ganas y reí levemente por la ternura que me provocaba. Él fue a cambiarse y yo preparé su mochila, no me lo pidió pero quise hacerlo. Yo no tenía la mía, pero no me importaba porque de todas formas tan solo tenía la intención de dormir en clases.

Cuando Jimin terminó de vestirse nos despedimos de sus padres y salimos de la casa. Era la primera vez que conocía a su padre, era un señor alto, con los ojos oscuros y el cabello de un tono castaño claro, se veía serio, aunque como el resto de la familia, alegre.

Llegamos a clase y Jimin luego de varias quejas aceptó soltarme. Nos despedimos con un pequeño beso en la mejilla y cada uno fuimos a nuestra clase.

Durante aquellas horas tuve varios sueños. En algunos Jimin me abrazaba y me decía que me amaba, en otros lograba independizarme y en el último visitaba la playa para dibujar el horizonte.

Cuando terminaron las clases esperé al menor en la entrada del instituto. Luego de unos minutos él salió corriendo y se lanzó a mis brazos, Reí con ternura y lo abracé.

— ¿Cómo te fueron las clases bonito?

— Bien porque ya terminaron, ¿Damos un paseo?

Asentí y llevé su mochila para que él no cargara con el peso. Últimamente, mis días eran más buenos desde que Jimin estaba conmigo sin importar las cosas que pudiera hacerme mi padre. Por primera vez veía la posibilidad de que tal vez mi depresión tenía un final.

Jimin y yo paseamos por las calles de la ciudad mientras hablábamos y de vez en cuando teníamos pequeños roces. Los momentos donde se sonrojaba o cuando me miraba a los ojos aún hacían latir mi corazón con rapidez.

— Hyung, un amigo me dijo que le gustaría contratarte, me dijo que escribías canciones.

— No hago muchas, pero de vez en cuando vendo algunas, ¿Por qué quiere contratarme?

— Por lo que me dijo una agencia se interesó en él y necesita que le ayudes con la música, te enviaré su número.

Asentí con curiosidad, mis canciones nunca habían llegado a una agencia de música.

Luego de esa pequeña conversación caminamos hacia su casa, quería quedarme a dormir con él, pero no quería abusar de la hospitalidad de sus padres.

— Vamos hyung.

Él abrió la puerta de su casa y lo miré con un poco de inseguridad.

— ¿Tus padres no se enojan si me quedo a dormir tantos días?

— No te preocupes, a ellos les agradas, además les gusta verme feliz y con vos soy el más feliz del mundo.

Sonreí con ternura y entramos a su casa, saludé con una reverencia a su familia y subimos a la habitación del menor.

Ya teníamos confianza, así que me quité la camisa para dormir, por un momento me pareció sentir su mirada sobre mí y reí levemente. Nos acostamos en la cama y lo acerqué a mí para abrazarlo.

— Hyung... ¿El dinero del trabajo podés utilizarlo para independizarte?

Lo miré curioso por la pregunta y acaricié su mejilla mientras lo escuchaba con atención.

— ¿Por qué preguntas eso?

— Aunque vengas a dormir a mi casa no podremos estar así siempre... Quiero que el dinero del trabajo lo guardes para poder independizarte, no me gusta como te trata tu padre.

— Trataré de comprar menos droga para poder ahorrarlo, ¿Sí?

Él asintió y se escondió en mi pecho mientras lo abrazaba. Estaba demasiado agradeciendo de que se preocupara por mí. Considero que una de las muestras de amor es la forma de preocuparse e intentar que la persona que amas se sienta bien. Esa era una de las miles muestras de amor que tenía Jimin.

Me quedé dormido junto a Jimin mientras acariciaba su cabello. Sabía que éramos jóvenes, también sabía que mi situación no era la mejor, pero estaba seguro de que esa sería la mejor etapa de mi vida. La etapa en la que estaba con la persona que me enseñó que la vida vale mucho más que la tristeza y que un momento con él era más valioso que todos los años que pasé con mi padre. Jimin me enseñó el significado de vivir sin que él lo supiera. Gracias por salvarme la vida Park Jimin.