°••Día 6••°

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Era sábado, desperté un poco más tarde de lo habitual mientras bostezaba, seguramente había tareas, pero no había asistido a clase y tampoco me importaba no hacerlas. No sabía que haría hoy, pero debía salir de la casa si no quería encontrarme con mi padre, pensé en buscar trabajo, eso me daría dinero para la marihuana y me mantendría alejado de casa, me levanté y me di una ducha rápida para luego cambiarme de ropa, tomé mi mochila y salí de la habitación tratando de no hacer ruido aunque por desgracia mi padre ya estaba despierto

—Que mierda haces aquí niñato?

—Hoy es sábado ya me iba 

Traté de caminar rápido hacia la puerta hasta que mi padre río y se colocó frente a mí, su imagen era completamente lamentable, el cabello enredado, grandes ojeras, sobrepeso y con demasiado olor a alcohol

—Tú no te vas a ninguna parte, hoy te quedarás con papi~

Al escuchar eso me asusté y traté de alejarme un poco de él lentamente
—Papá debo salir...

—¡Te he dicho que tú no vas a ninguna parte!

En ese momento sentí un empujón y un golpe en mi mejilla y supe que ya no había vuelta atrás, volvió a dar otro golpe, esta vez en mi estómago haciendo que cayera al suelo, y una vez a la altura de sus pies comenzó a patearme durante varios minutos dejando hematomas en mis costillas, brazos y pecho, la nariz comenzó a sangrar y mi labio indicó que estaba roto por las heridas notablemente visibles.

—Eres un hijo de puta, igual que tu madre, ¡debiste haber desaparecido con ella!

Vi con la vista algo borrosa por las lágrimas como mi padre tomaba una botella y salía de la casa dando un fuerte portazo, dejándome tirado en el piso a penas sin poder moverme

No podía lograr entender por qué debía hacerme esto a mí, a su propio hijo, él me odiaba, nunca pude tener una familia normal, nunca pude tener un padre bueno, este era mi día a día cuando mi padre estaba despierto y no podía evitarlo, enfrentarlo solo sería peor

Sentí algunas lágrimas deslizarse por mis mejillas acompañadas con unos sollozos, traté de levantarme soltando un fuerte quejido por el dolor y mi cuerpo tembló por lo débil que estaba, me apoyé en una silla para poder levantarme y caminé tambaleándome hasta llegar a mi mochila, tomé la pequeña bolsita con la droga y lo preparé para inhalar todo el contenido de una sola vez

Con dificultad me puse un abrigo para cubrir todas las heridas que eran visibles y una gorra para cubrir mi rostro entre quejidos por el persistente dolor, limpié rápido mis lágrimas y salí de la casa, tomé el primer autobús y me dirigí al que le llamaba "El bosque Aokigahara", obviamente no se me podía ocurrir un nombre más lindo

Unos minutos después llegué y fui a mi lugar, era un pequeño bosque que nadie solía visitar, grandes árboles y en frente una enorme cascada, me senté y miré el prado junto a mí, Jimin se vería hermoso ahí sentado, pero ahora simplemente me avergonzaba de mi mismo por tener este aspecto después de los abusos de mi padre, una vez ahí pude permitirme llorar abrazándome con delicadeza a mi mismo

Me di cuenta de que hay personas como Jimin, personas que nacen teniendo la vida echa un regalo, dinero, padres, amigos, belleza, inteligencia, bondad... Todo, y luego hay personas como yo, con una miserable vida sin saber por qué debo seguir aquí, drogadictas y suicidas, pero aprendí una lección importante, no puedo confiar en nadie.

Escondí mi cabeza entre mis rodillas haciéndome bolita en el pasto y durante el resto del día me dediqué a lamentarme, llorar, repitiéndome lo desgraciado que soy y fumando decenas de cigarrillos hasta quedarme dormido frente a la cascada.

𝙔𝙤𝙪𝙧 𝙇𝙞𝙚 - 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora