El primer amor nunca se olvidaba.
Siempre será una marca indeleble en el alma.
Para algunos es fácil el confundir el amor con alguna otra cosa. Costumbre o compromiso.
Para muchos otros existen dos tipos de amor; el amor de tu vida y el amor que tu vida necesita.
Los llegaban a confundir, pero era indudable que siempre serían diferentes.
El amor de tu vida te mostrará todo lo hermoso del amor, pero el amor que tu vida necesita te sanará por completo, te hará olvidar dolores pasados y comprenderás que su amor es mayor que el tuyo.
Para Zhan, Yibo fue todo eso.
Yibo no fue la primera persona con la que salió, pero si se convirtió en su primer amor. Fue el primer chico que le enseñó lo hermoso que podía ser y, aunque siempre trató de negarlo por salvar sus descontrolados y ardientes sentimientos, fue el amor de su vida y el amor que su vida necesitaba.
Yibo era la marca indeleble en su alma. Literalmente.
No pudo dormir toda la noche al pensar en ello. En él. En el tiempo que pasó a su lado, lo feliz que fue, pero también lo destrozado que quedó al dejarlo. No pudo con todo eso, al amanecer solo pudo llegar a la conclusión de que enloquecería si volvía a verlo. No era valiente, nunca lo fue, quería creer que afrontaba todo como iba llegando, pero en presencia del alfa olvidaba todo al punto de parecer un bobo enamorado hablando tonterías.
Yibo siempre lo hizo perder los sentidos.
Fue su primer en todo. Todo.
- ¡Diosa, no resisto todo esto! -exclamó ansioso, saliendo por las puertas de su amplio armario después de abrirlas de un estruendo. Al no poder dormir sus nervios aumentaron, por lo mismo se encontraba tomando vino tan temprano- no eh sabido nada del alfa en diez largos años y de repente tengo que viajar a través del mundo para volver a verlo -al caminar le arrebató unas prendas de ropa de las manos a Bowen, aventándolas a la cama junto a la maleta abierta- no tengo madurez suficiente para esto -no la tenía- si ese alfa no hiciera que me temblaran las piernas es seguro que seguiríamos juntos. Decidimos hacer este acuerdo para no volver a vernos nunca -colocó una de sus manos a la cadera- mírame bien, Bowen, ¿Alguna vez me habías visto así?
Llevaba unas gafas oscuras, el cabello alborotado con sujetadores mal puestos, una larga gabardina, pantuflas, pijama y estaba bebiendo una copa con vino.
- P-pues...
- No me respondas -interrumpió volviendo a adentrarse en el clóset- ¿Qué tal que no me reconoce?... no, no, no, tampoco respondas eso. A-Yu dijo que era... atractivo -salió del clóset con más prendas, aventándolas a la cama y comenzar a quitar los sujetadores de su cabello- recuerdo que era encantador, tenía una mirada que me ponía de rodillas -se mordió ligeramente el labio- imagínate.
Bowen decidió no imaginar eso.
En ese momento entró A-Yu, quien estuvo escuchando todo desde hacía rato. No pudo evitar reír antes de entrar, en definitiva, el plan que había armado con A-Yi estaba yendo de maravilla, Zhan no tenía idea de nada y era perfecto.
- Bueno -llamó su atención- ya estoy listo, ma.
Zhan le sonrió, dejando la copa con vino de lado- también yo... -miró a su alrededor- casi.
- Pero ma -miró la habitación entera, era un desastre- la maleta está vacía -señaló, la única que tenía ropa era la cama.
Zhan palmeó su frente y asintió- es cierto. No importa. Por cierto, ¿Hablaste con tu padre? -preguntó con interés. Jugando con sus dedos, nervioso.
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Juego de gemelos
FanfictionLos gemelos eran, por designio, un misterio para todos, es decir, ¿No daba miedo ver a alguien más con tu mismo rostro? Eso mismo sintieron Wang Yi y Wang Yu, dos niños de diez años que no se conocían en lo más mínimo. ¿Acaso la Diosa de la Luna que...