Extra - Hijos

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Un año pasó muy rápido para ellos, en ese momento se encontraban celebrando su aniversario de bodas. Fue un maravilloso año juntos.

Sus hijos, quienes ya habían cumplido sus doce años, esa noche se sentaron con ambos en el sofá de la sala y lo interrumpieron de la larga sesión de besos que tenían porque pensaban que todos ya estaban dormidos.

Fue su error.

Zhan casi se infarta por escuchar sus voces y Yibo casi lo hace al pensar que se caería de su regazo, afortunadamente no fue así.

- Queremos estudiar la universidad en el extranjero.

Hace unas semanas habían hablado de eso con ellos, fue algo al momento, pero ambos se lo tomaron muy enserio al punto de buscar la mejor universidad para lo que deseaban estudiar.

A-Yu estudiaría modas, amaba eso.

Zhan se enorgullecía de eso.

Y A-Yi, bueno, él quería ser corredor profesional de motociclismo.

Lo que era bueno, pero ambos querían que al menos estudiara algo por si su sueño no funcionaba.

- ¿No creen que lo logre? ¿Verdad?

- No, A-Yi, nosotros solo queremos...

- Es cierto, no creen en mí -parecía molesto, pero por dentro se estaba aguantando mucho por no llorar- estudiaré lo que quieran, pero les demostraré que si puedo.

Dio por finalizado y se fue directo a su habitación.

Su aniversario no terminó como hubieran deseado. Y por muy triste que fuera para ambos, A-Yi dejó de contarles sobre su vida.

Ya no lo escuchaban hablar sobre su día en la escuela, dejaba de practicar sus deportes si los veía cerca, hablaba muy poco en las comidas, en ocasiones prefería estar más con Bowen jugando que con Yibo. Lo cual fue una espinita en su corazón al ser rechazado. Y para Zhan, para él era bastante triste ya no pasar tiempo con él a como lo hacía con A-Yu.

A-Yu, por otro lado, sabía de los esfuerzos de su hermano.

Todas las tardes que pedían permiso para cabalgar, ambos iban a la pista de carreras del papá de uno de sus amigos y A-Yi practicaba con una motocicleta prestada del garaje de la pista.

Era muy bueno, incluso uno de los corredores comenzó a entrenarlo al verlo tan dedicado cada fin de semana o por las tardes después de la escuela.

- A-Yi tiene una carrera mañana -dijo entrando a la cocina y tomar una manzana, había escuchado a sus padres hablar sobre su hermano- tío Yang y tío Bowen irán.

- ¿Tiene qué?

- ¿No se los dijo? -cuestionó sorprendido. Debió saberlo- bueno, entonces esperen a que él se los diga.

Dicho, salió de ahí.

Zhan esa vez no pudo contenerse y lloró, su bebé lo estaba excluyendo de algo así. No debió decir aquello, tal vez tenía razón, pero sus palabras no fueron las correctas.

Ambos lo dejaron así, si él no los quería presentes, entonces estaba bien. No había que obligarlo a algo. Aunque eso los puso tristes, más a Zhan, quien mantuvo la mirada gacha en toda la cena. Esa noche no tenía ganas de nada, es por eso que solamente se dio un baño y se colocó su pijama, debía dormir o era posible que se entristeciera más.

Ambos estaban a punto de recostarse después haber leído un poema, cosa que se volvió costumbre entre ellos y que disfrutaban porque en ellos encontraban algo en sí mismos. Se daban un beso antes de comenzar y uno al terminar, era una bonita costumbre que ambos amaban.

Juego de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora