Yibo siempre pensó que el procesar algo en la mente era cuestión de segundos, al menos para él, pero era increíble el aún procesar ese maravilloso tiempo en el que estuvo cerca de Zhan una vez más.
Hubiera perdido el control de sus acciones en la piscina cuando estaban en la silla, besándolo sin importarle nada, eso al menos si Yang Zi no hubiese llegado a interrumpir el lazo de miradas en el que estuvieron desde que Zhan le curó la cortada.
Y sabía que estaba mal, se supone que estaba comprometido con alguien más y el solo pensamiento de anhelo hacia alguien que no fuera su prometida era indecente.
Pero no podía evitarlo.
Zhan era Zhan, nadie podría borrarlo de su mente y corazón, si él mismo no pudo hacerlo esos diez años lejos, ¿Quién lo haría?
Nadie.
- A-Yu -lo llamó- ya fueron demasiadas sorpresas por un día, ¿Podrías decirme, por favor, a dónde vamos?
Una hora atrás, cuando estaba a punto de ir a ver a A-Yi como una excusa para ver a Zhan, su A-Yu le dio la orden de darse un baño y usar lo que estaba tendido en la cama de su habitación. Obedeció un tanto temeroso, ya no quería más sorpresas ese día.
Y es que así se encontraba engalanado y perfumado, no sabía para que, pero lo estaba.
Tampoco sabía la razón de permanecer en la entrada del hotel.
- Te encantará, pa, ya lo verás.
Fue lo único que le dijo. Yibo amaba a su hijo, mucho, pero desde ese día en la mañana comenzaba a dudar sobre si le estaba diciendo la verdad o no, o si en ese momento era A-Yi y no A-Yu.
A-Yu, por su parte, estaba esperando a dos personitas. Había ideado un nuevo plan con su hermano, esperaban que les funcionara.
Las oportunidades se les estaban acabando, no deseaban tener a Yang Zi como madrastra. ¿Qué tan horrible sería verla todos los días en casa o en sus cumpleaños junto a sus padres? Temblaban de solo pensar que fuera de su familia, incluyendo a la madre de esta, la que al parecer era igual que ella porque notaron aquellas feas miradas cuando Yibo no prestaba demasiada atención.
Tenían que impedir a toda costa esa boda.
- Buenas noches -llamaron a sus espaldas.
Zhan y A-Yi estaban justo a unos pasos de ellos.
Yibo, al instante, sintió la boca reseca.
Cuando conoció a Zhan estuvo seguro que lo vio toda la noche hasta que este se hartó de no ver su iniciativa, acercándose hasta donde se encontraba y hablándole. Su primera palabra fue su nombre. Desde el primer instante le pareció un nombre hermoso.
Esa había sido su primera cita.
Y, sin lugar a dudas, sabía del fantástico físico que Zhan tenía, era una de las cosas que lo maravillaron en aquel entonces. Ahora en ese preciso momento, pudo revivir aquel sentimiento; seguía igual de hermoso.
Zhan no pensaba lo mismo, no después de esos días ajetreados sin dormir debidamente por culpa de sus dos angelitos, aunque dejando eso de lado podía asegurar que lucía espectacular. La seguridad en sí mismo siempre lo hizo lucir más atractivo.
Poco a poco se fueron acercando una vez ambos niños comenzaron a ignorarlos para hablar entre susurros.
- ¿Sabes a dónde vamos? -susurró Zhan justo en su oído.
Lentamente negó- la verdad estoy en ceros -susurró y, como acto siguiente, le tomó la mano y la levantó hasta sus labios- pero te ves increíble, Zhannie -besó su dorso.
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Juego de gemelos
FanfictionLos gemelos eran, por designio, un misterio para todos, es decir, ¿No daba miedo ver a alguien más con tu mismo rostro? Eso mismo sintieron Wang Yi y Wang Yu, dos niños de diez años que no se conocían en lo más mínimo. ¿Acaso la Diosa de la Luna que...