𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖 𝐌𝐎𝐒𝐄𝐒, hotd

𝟎𝟐 | 𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍𝐒

1X02 | THORNS
𝗌𝗁𝖺𝖽𝗈𝗐 𝗆𝗈𝗌𝖾𝗌 𝖻𝗒 𝗆𝖺𝗅𝖿𝗁𝗈𝖾

AVELLEY

—¿Acaso has perdido la cabeza?

La voz aguda resonó por toda la habitación mientras que la dama tenía los ojos aguados, lágrimas amenazando por derramarse al observar al hombre que se encontraba en frente suyo. Pero él nunca iba a sentir ni una pizca de pena o misericordia por ella, nunca lo había sentido desde que perdió a su señora esposa.

Otto Hightower era cruel en su mente, era el que traía todas las tragedias hacia su vida y el que la obligaba a hacer todas las cosas que odiaba o disgustaba. Ser su hermana menor no significaba nada, sangre no significaba nada para él a su entender porque no le podía dar ningún beneficio para su causa. Ella dejó de significar algo desde que había corrido el rumor que cuestionaba realmente su honor y el hecho de que si era pura de verdad.

La habían arruinado con el susurro en los oídos de una de las septas, lo suficientemente alto para que el hombre delante suyo la obligara a que la revisaran para poder confirmar que era verdadero aquello que habían dicho. Lo último que había sabido era que había arruinado todo lo que ella merecía por un hombre que ni siquiera había aceptado su culpa.

Manchada de por vida, habían muchos por más que se hubieran encargado de negar esos rumores.

—¿Te sientes en derecho de cuestionar mi criterio, hermana? —preguntó el hombre que la observaba con frialdad, cuando se podía ver el veneno esparcirse contra su persona.

—¿Cuándo se trata de mi vida? ¿Acaso no tengo voz de elegir?

—¿Te estás escuchando? —se mofó el contrario al escucharla—. No eres nadie, Avelley, eres una deshonra para nuestra familia. Tienes suerte que Lord Celtigar haya sido lo suficientemente amable para hacer la vista gorda a la situación que tú misma te has metido.

—¡Es un niño!

—¡Vas casarte con Lord Dylar Celtigar ya sea lo último que hagas!

La pelirroja agarró la copa de oro, vacía, que se encontraba cerca suyo para luego lanzarla hacia la pared en la que se encontraba cercano su misma sangre. Su mirada desafiando la del contrario de una forma que hacía que él supiera que ella no tendría miedo a pelear contra cualquier persona si significaba que ella fuera libre y feliz de hacer lo que ella deseaba, Avelley siempre hacía lo que quería por más que los demás le negaran el solo hecho de pensarlo.

Su hermano en especial ha sido el causante de todas sus amarguras, de que ella nunca fuera capaz de hacer un solo movimiento o dijera una palabra sin antes aprobar que lo hiciera. Como si fuera un perro con una correa para controlar.

Él solo la miraba con indiferencia, como si no le importara el hecho de que hubiera intentado atacarlo con aquel objeto pequeño cuando dió su primer pinchazo con las espinas de sus propias palabras. Actuando inocente cuando él era el verdugo detrás de cada acción y la condescendencia no era una vista que quedara con la Mano del Rey. Podía sentir como sus mejillas se encontraban rojas del mismo color que su cabello flameante al ver que no podía causar ninguna reacción que fuera beneficiosa para ella.