CHAPTER 29

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aveces la respuesta 

a la pregunta del millón

esta delante de nosotros

pero para verla

primero

hay que quitarnos las vendas

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-¿Clem?- El temblor de su voz pareció escurrirse en el aire hasta llegar a mis manos, cómo un virus de alteración.

-Clem,¿Qué haces aquí?

Podía sentir sus pasos acercarse a mí, y podía ser tan peligroso para él, si me asustara y yo me resbalara, como para mí, en caso de que él fuera más rápido y me alzara hacia el otro lado de la valla.

-¡Clem! ¿Qué rayos estás haciendo?- Cómo se suponía, ya estaba perdiendo los estribos. Aquel rizado sereno, que se esmera a muerte en evitar hacer de sus pensamientos evidentes, estaba perdiendo los estribos. Y la verdad, lo entendía, ¿Quién no perdería los estribos en una situación así?

-¡Vete!, ¡Largo, no te quiero aquí!- Algo evidente: mi fastidio ante su presencia. Me molestaba por sobre manera que siempre se dignara a aparecer en momentos así, donde no lo quería cerca. No quería que fuera mi maldito príncipe azul, si ni yo era capaz de salvarme.- ¡Sólo sigue caminando Ander! ¡Vete e imagina que nunca me viste!

-¡Estás debajo de una de las peores lluvias del año, a las 10 de la noche, sola y muriendote de frio!- Seguía gritando, pero no parecía tener mi mismo tono de molestia, lo hacía más bien porque los truenos y el viento que revoleaba mis cabellos de lado a lado, no ayudaba a que su voz llegara a mis oídos con claridad.

Segundo punto, lo que más le daba miedo era que me encontrara al borde de un puente pero obviamente no lo iba a mencionar. Parecía entender finalmente cuando un tema estaba prohibido en la mayoría de nuestras conversaciones.

Me quedé en silencio, esperando a que se vaya, mientras me armaba de valor para poder saltar.

Sentí sus pasos discretos acercándose más, lo que me obligó a buscar con mi mirada esas esmeraldas que probablemente tuvieran ese brillo apagado.

-¡No te me acerques!- Su mirada de espectro me descolocó, estaba más asustado de lo que su voz me mostraba, y sus ojos estaban perdidos. 

Su mirada estaba apagada, pero un rejunte de lo que creí eran lágrimas la hacía brillosa. 

Lo estaba destruyendo. Estaba viendo de antemano lo que provocaría en las demás personas cuando se enteraran de mi muerte, lo que provocaría en mi madre. Y fue un spoiler mucho más espeluznante que cualquier otro que me haya llevado en la vida. Sentí mi corazón pararse por un segundo y apretar, así cómo cuando leí la carta de Evolet. Sin embargo, lo único que merodeaba por mis pensamientos era la desesperada necesidad de saltar, que con aquella imagen del ojiverde, se había intensificado, pues la culpa ahora era el doble. 

-Clem, necesito que bajes de ahí ahora.- Sonó firme, pero de nuevo, estaba escondiendo aquel terror. Él siempre queriendo evitar asustarme.

-No puedo…- Mi voz salió en un susurro ahogado, y mis pies se movieron más al borde del acantilado, imitandolos con mi mirada, que se perdía entre la escarcha que se derretía ante el tacto del agua cayendo sobre ella, derritiendola.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2022 ⏰

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