Everything We Choice [#1]

Capítulo 19

Cuando el beso acaba, sin despegar el dedo de mi piel, lo desliza a lo largo de mi mandíbula hasta pararse en la barbilla. Sin ejercer mucha fuerza, la levanta.

¿Porque demonios no lo alejo?

"Porque en el fondo sabes que no quieres"

No es cierto, es porque no puedo.

Sus ojos están sobre los míos, pero mis ojos traicionándome, caen sobre su boca. Tiene los labios algo rojos e inflamados, gritan seguir siendo besados.

– Lo sabía –su mirada recorre todo mi rostro, intercalandose entre mis labios y mis ojos, permaneciendo por más tiempo en los primeros. Sus pupilas dilatadas demuestran todo el deseo que siente

– ¿Qué es lo que sabías? —consigo articular en un suspiro y en me regala su clásica sonrisa de suficiencia.

Dios, ¿por qué le queda tan bien?

– Que esa frialdad y esa arrogancia que te empeñas en demostrarme es una farsa. ¿No quieres volver a estar conmigo? Lo dudo mucho Ayla —dirige la mirada a mis labios y luego a mis manos, ni siquiera había notado que tenía puestas mis manos en su pecho.

– Lo siento mucho Erik, pero de verdad no puedo hacer esto.

– ¿No puedes? –cuestiona sosteniendo mis manos aun sobre su pecho

– No, esto... no está bien, yo... yo tengo novio –Erik ríe incrédulo, es más que obvio que no se cree mi estúpida excusa.

– ¿De verdad? –cuestiona acortando aún más nuestra casi inexistente distancia– ¿Y quien es el afortunado?

– Yo... –responden detrás de mí y mi cuerpo se tensa por completo, Erik permanece impenetrable.

– No me digas –sonríe malicioso, como si le causara gracia nuestra mentira

– Si te digo –responde Ian y me aleja del cuerpo de Erik, de pronto siento un vacío inexplicable. – ¿Nos vamos hermosa? –me cuestiona Ian y yo asiento dudosa, la mirada del chico que tengo al frente se oscurece al ver la mano de Ian apoyada en mi espalda baja.

– Si Ian, mejor nos vamos –respondo sin ser capaz de sostenerle la mirada al padre de mis bebés. Giro sobre mi eje y me alejo rápidamente de ahí

– Aléjate de Sofía, Walker –alcanzo a escuchar antes de perderme entre la gente.

Me escabullo apresurada, no tengo deseos de enfrentar a Ian en este momento, me siento abatida, solo quiero recostarme y descansar. En cuanto entro a la habitación me dirijo hacia el baño, me doy una ducha rápida y salgo envuelta en una pequeña toalla. Me detengo abruptamente cuando lo veo parado de espaldas a la puerta.

– ¿Cómo entraste aquí? –cuestiono, pero es más que evidente que esto es obra de su hermana– ¿Se puede saber que buscas en mi habitación? – doy un paso atrás y lo observo. Sostengo fuertemente la toalla que cubre mi cuerpo con miedo de que vaya a caer.

– ¡Estoy aquí por ti! –habla viniendo sobre mí, camino de espalda, pero él no se detiene. Sigue avanzando y tropiezo con la cama, cayendo de espaldas sobre ella– Vine para dejarte claro que eres mía Adams, mía y de nadie más. – camina determinado hasta pegar su cuerpo al mío y pasa el dedo pulgar de su mano derecha por mis labios, dibujándolo, con la mirada clavada en la mía.

Trago grueso cuando puedo sentir el bulto que tiene entre las piernas.

– Qué... ¿que estas haciendo Walker?

– ¡Eres mía Adams! –determina ignorando por completo mi estupida pregunta– Desde el primer momento en que te vi, desde ese primer día que mi mente se adueñó de tu belleza y te covertiste en mi inspiración, me perteneces solo a mí Ayla –susurra como si estuviera dibujando las palabras con uno de sus pinceles.
Siento que ya no puedo más. Lleva su boca el lóbulo de mi oreja acarisiándolo con la lengua. Esta vez estoy cediendo al deseo– Mírame nena ¡Abre los ojos y mírame! –demanda y lo hago. Mi mirada choca con la suya arrasando con todo dentro de mí– Dime que no lo deseas tanto como yo, que no sientes la misma necesidad de tenerme cerca y que no eres mía. Una de las tres y te aseguro que te dejo tranquila.