Everything We Choice [#1]

Capítulo 25

Sofia Adams:

- ¿Se puede saber dónde estás? -es lo primero que escucho cuando pego el teléfono a mi oreja

Mierda...

- Estoy en casa del director Williams -respondo pausadamente- ¿Qué necesitas?

- Que dejes de ser tan irresponsable estaría bien para empezar

- Dice el mayor ejemplo de responsabilidad -respondo sarcástica

- No te muevas de ahí que voy a buscarte -determina y suelto una carcajada ¿Qué se ha creído?

- Ahórrate el viaje que me voy a regresar con un amigo -miro a Axel y el me regala un asentimiento, supongo que no emite sonido para no crearme ningún problema

- ¿Ya vas a volver a los viejos hábitos de follar con desconocidos? -espeta, se de sobras que está colérico- Estás embarazada joder.

- No seas idiota, no voy a follar con nadie. -respondo incomoda por la situación- Y no te preocupes que, de ser el caso, no sería con ningún desconocido -agrego y cuelgo.

- ¿Tu ex? -cuestiona el chico a mi lado

- Es complicado -confieso un poco avergonzada- Lamento que hallas tenido que escuchar todo eso.

- Tranquila peque

- ¿Cuándo vas a dejar de decirme peque? Ya no tengo ocho años

- No, pero sigues siendo una enana -dice y le pego- Aunque pegas duro.

- ¿Qué creías? Ya no soy esa niñita boba que lloraba por todo.

- Eso me queda muy claro, estas muy cambiada peque. ¿Qué te pasó?

- Pasó que me cansé Ax, -suspiro- me cansé de arreglar las cosas que no rompo, de buscar soluciones a problemas que yo no he causado. Me cansé de buscar personas cuando yo no las he echado. Me cansé de siempre intentar dar lo mejor de mí y que nadie lo valore. Me cansé Ax, y cuando uno se cansa no hay marcha atrás, llámalo egoísmo, sin embargo, yo lo llamare amor propio.

- Porque en el proceso de arreglar las cosas de todos y con todos, la única que salía lastimada eras tu. -continua por mi- Supongo que hay muchas cosas que te gustaría poder borrar.

- Sabes que no, no quiero borrar nada de mi vida... Cada cosa, cada mínima cosa me hizo lo que soy ahora. Las cosas buenas me han enseñado a amar la vida y las malas, a aprender a enfrentarla.
- Nunca imagine que esa peque revoltosa que me visitaba en las vacaciones se convertiría en una mujer tan valiente.

- No soy tan valiente Ax...

Reencontrarme con Axel me parece genial. Nos conocimos en Alemania cuando yo tenía apenas siete años. Luego de eso lo visitábamos cada verano, hasta que cumplí catorce años. Después de eso mamá y yo dejamos de acompañar a papá en sus visitas al extranjero. Si mal no recuerdo, nuestros padres se conocieron en un juicio.