Capítulo 26

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Sofía Adams:

- Pensé que ya te habías ido

- Pasé a despedirme de los Williams. ¿Todo bien?

- ¿Puedes llevarme a un hotel?

- ¿Como así? -cuestiona sorprendido

- Es que hoy no tengo donde quedarme -respondo un poco incómoda

- ¿Y la casa de tus amigos? -yo solo suspiro pesadamente y cuando me voy a dignar a contestar el me interrumpe- No importa, vamos.

- ¿Me esperas? Necesito despedirme de Mathew.

- Claro -sonríe tiernamente y me derrito por sus dos hoyuelos- Quieres mucho al menor de los Williams, ¿cierto?

- Si, es un niño muy tierno, demasiado para este mundo -confieso con una sonrisa.

- Como tú -alcanzo a escuchar, pero creo que no se dió cuenta haberlo dicho en voz alta.

****

- Valla, este lugar está sumamemte increíble -elogio en cuanto entramos al hermoso apartamento de Axel.

- Me alegra muchísimo que te guste peque -nunca se lo he dicho en voz alta, pero me encanta que me diga peque.

- Tiene una vista increíble, además es muy espacioso -argumento dando vueltas por todo el salón.

- Cuando veníamos de camino le escribí al encargado del edificio, -enarco una ceja, ni siquiera se como me convenció de pasar por aquí primero antes de llevarme a un hotel- me dijo que el apartamento de enfrente está desocupado.

- ¿De verdad? -debo reconocer que la idea de tener mi propio espacio me emociona, solo tendría que hacer juego con los precios.

- Anjap, si quieres puedes quedarte aquí y mañana temprano te acompaño a verlo.

- ¿Pero no tenías algo que hacer temprano? -recuerdo perfectamente que esa fue la escusa que me dió para marcharse tan temprano de la fiesta

- Tengo que mandar unos documentos. -agrega luego de varios segundos- Los puedo terminar ahora y enviarlos mañana a primera hora.

- ¿Puedo ayudarte? -cuestiono animada

- ¿Sabes algo sobre leyes? -cuestiona con una risita arrogante, baboso

- Pues no, -confieso- pero te pudo hacer compañía.

- Suena jodidamente tentativo, pero no creo que pueda concentrarme contigo revoloteando.

- Ey, -lo golpeo- puedo ser muy buena compañía -hago un puchero

- Eso no lo dudo peque -no se si es idea mía, o el verde de sus ojos se ha oscurecido.

- Además puedo hacerte café -agrego tratando de convencerlo

- Vale, eso me agrada. -me sonríe y algo en mi tonto cerebro hace cortocircuito.

- Bueno entonces me quedo -afirmo con una pequeña sonrisa.

- ¿Tienes hambre? -cambia de tema abruptamente- Digo, como estas embarazada.

- La verdad es que me muero por comer frutas -murmuro un poco apenada, no quiero ser una molestia para Axel.

- ¿Qué frutas quieres? -cuestiona divertido

-¿Manzanas?

- ¿Algo más? -cada vez su sonrisa se extiende más. ¿Por qué se ve tan guapo cuando sonríe?

- Sorpréndeme... -joder, la voz me salió mas ronca de lo normal. Siento las mejillas arder.

- Te aseguro que te vas a arrepentir de esas palabras...

Everything We Choice [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora