[𝚃𝚛𝚎𝚌𝚎] 𝙴𝚕𝚕𝚊 𝚟𝚊 𝚊 𝚗𝚊𝚌𝚎𝚛 (𝟸/𝟸)

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-Lo sentimos Eddie, es un hospital público y por lo tanto Steve no puede estar aquí- dijo la doctora mientras la enfermera terminaba de colocarme la intravenosa.

-Pero...

-Lo siento cariño, son las reglas del hospital, en serio lo lamento- lloré por el dolor de las contracciones y además de impotencia mientras apretaba las manos contra mi rostro.

La doctora suspiró para mirar a la enfermera.

-Escucha, haremos una excepción, sólo porque eres tú y tu caso es... Bueno, algo peculiar, el director del hospital deberá entender las razones, por si hay alguna complicación.

- ¿En serio?- la doctora asintió con una media sonrisa y se asomó por la puerta del quirófano.

-Llamen a Steve Harrington y preparen vestimenta para él, estará con Eddie durante el parto.

-Gracias- sollocé colocando una mano sobre mi vientre. -En serio gracias.

Después de unos minutos Steve apareció por la puerta.

-Tiene que ponerse esto rápido, sólo es cuestión de minutos para que comience con la labor de parto- Steve tomó la ropa de hospital y asintió.

Y ahí estaba él, a mi lado tomando mi mano, mientras yo pujaba.

Ya ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que comencé con el parto, sólo podía medir que eran horas, estaba agotado.

-Sólo uno más y te prometo que tu bebé podrá estar contigo, sólo por favor una vez más- planeaba golpear a la doctora la siguiente vez que dijera eso.

Porque todo simplemente era una mentira, llevaba diciéndome exactamente lo mismo desde hace aproximadamente unas cinco horas.

Cada contracción era más dolorosa que la anterior obligándome a aferrarme a las sábanas empapadas de sudor.

-Vamos Eddie, no te rindas, puedo ver un poco del cabello, por favor sólo una más- respiré intentando juntar todas las fuerzas posibles.

Apreté los ojos pegando mi barbilla contra mi pecho mientras una de mis manos aún se aferraban a la sábana.

-Lo estás haciendo perfecto Eddie, sólo una más para conocer a pelusita ¿Sí?- pude escuchar a Steve quien aún sostenía una de mis manos.

Un grito de dolor escapó desde el fondo de mi garganta cuando sentí que el estrecho canal había dejado de sentir esa presión y el llanto de recién nacido se hizo presente en la sala.

-Es una niña, una muy bonita- con cuidado colocaron a Lilith sobre mí y yo la miré.

¿Estaba soñando?

¿Cómo fue posible formar a un ser tan diminuto y precioso dentro de mí y en tan sólo 9 meses?

-Vamos a cortar el cordón umbilical ¿Quieres hacerlo tú, Steve?- preguntó la doctora y Steve me miró, yo asentí.

Con mano temblorosa cortó el cordón mientras yo seguía admirando a Lilith.

-Después de todo si fuiste tú quien cortó el cordón- musité con una sonrisa débil y Steve asintió.

-Felicitaciones a ambos, lo hicieron excelente- una de las enfermeras tomó a pelusita de encima mío para poder llevársela. -Descuiden, se llevarán a la bebé para algunas revisiones generales, estará en los cuneros y una vez que estés en tu habitación podrán llevártela ¿De acuerdo?

Sacaron a Steve de la sala al igual que a la bebé, dejándome completamente solo para esperar a que sacara la placenta y hacer algunas revisiones.

Después de todo, al fin me trasladaron a la habitación, recostado en la cama esperando a Lilith.

𝐍𝐢𝐧𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠 𝐌𝐨𝐧𝐭𝐡𝐬 (𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora