[𝙳𝚒𝚎𝚣] 𝙾𝚜𝚒𝚝𝚘

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- ¿Puedes decirme que soy lindo?- pregunté y Steve me miró para después reír.

- ¿Decirte que eres lindo? Por favor Eddie, sólo mírate, no podría decirte que eres lindo por ningún motivo, no queda absolutamente nada del Eddie del que me enamoré en preparatoria.

- ¿Steve?- pregunté frunciendo el ceño y colocando una mano sobre mi vientre.

-Deja de joder Eddie, tengo cosas más importantes que tú y ese estúpido bebé- sentí un horrible golpe en la parte inferior de mi vientre que me hizo retorcer.

-Steve basta, por favor- dije en un quejido y él se acercó a mí.

- ¿Quieres que pare?- preguntó y asentí con ojos llorosos mientras miraba mi vientre. - ¡Entonces deja de joder...!

Desperté completamente exaltado y miré a mi lado, el lugar donde Steve debería estar durmiendo estaba completamente vacío, y ya recordaba por qué.

Lilith golpeó con fuerza a un costado de mi vientre logrando asustarme.

-Tranquila pelusita, fue una pesadilla- respiré colocando una mano temblorosa sobre mi vientre.

De inmediato pude sentir como el movimiento dentro de mí se aligeraba a medida que acariciaba mi abdomen.

-Sé que extrañaste mis caricias, en verdad lo lamento- dije en un hilo de voz mientras seguía acariciando mi barriga, puse la mirada en el despertador sobre la mesita de noche, 1:30 pm. -Mierda, es muy tarde...- me puse de pie y me estiré un poco mientras colocaba una de mis manos en mi espalda baja para sobarla.

Caminé hasta el baño y al salir pasé frente al espejo que se encontraba cubierto, tal como lo había dejado, dudé por unos segundos pero al final me animé.

Quité la toalla que cubría el espejo y me miré levantando cuidadosamente la sudadera.

-Creo que hoy no está tan mal- musité mirándome de todos los ángulos posibles en el espejo. -Oye pelusita ¿Te gustaría dar un paseo?- pregunté sin dejar de mirar mi reflejo mientras acariciaba mi vientre.

Me puse los zapatos como pude y salí de casa, caminé, jamás en mi vida había caminado tanto como lo había hecho en ese momento, pero simplemente podían más mis ganas de huir de todo que el dolor en mis pies y espalda.

Y ahí estaba, lake lovers, ese viejo hábito había regresado.

Me senté en un tronco colocando una de mis manos sobre mi vientre mientras lanzaba piedritas y cosas a mi alrededor al lago.

-Eres muy fanático de asustar a la gente dando paseos por el bosque tú solo ¿Verdad?- cerré los ojos al escuchar la voz de Steve detrás de mí y suspiré.

- ¿Cómo me encontraste?

-Bueno, alguna vez dijiste "No sé cómo lidiar con la culpa, o la frustración, con algo que me duele o me acorrala... Así que simplemente huyo, así que... Cuando pasen estas cosas, jamás me busques en casa... No me llames, probablemente no estaré ahí..." Así que eso hice- caminó hacia mí hasta que se sentó a mi lado.

-Tienes buena memoria- dije metiendo las manos a los bolsillos delanteros de la sudadera.

- ¿Siempre harás eso?

- ¿Qué cosa?

-Huir de mí... Evitar los problemas.

-Tal vez- tuve intención de colocarme el gorro de la sudadera y Steve detuvo mi mano para entrelazarla con la suya.

-No puedes seguir haciendo esto, necesito que me digas de una vez qué está pasando.

Sentí repentinamente ese nudo formándose en mi garganta mientras mis ojos picaban amenazando con llorar.

𝐍𝐢𝐧𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠 𝐌𝐨𝐧𝐭𝐡𝐬 (𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora