Maybe... i need you. [MYA]

Capítulo 21

Narra Agus:

Se lo dije, y no había vuelta atrás. Nunca había visto una sonrisa tan preciosa como la de ella.
Era imposible no mirarla y perderme en el brillo de sus ojos, pero qué me estaba pasando? No lo sabía, no tenía ni la menor idea.
Lo único que sabía era que no quería que éste momento se terminara... nunca.

-Chicos... Dijo Maxi entrando a la cocina-. Qué pasó acá? -miró con los ojos como platos, el desastre que habían hecho sus dos amigos-.

-Eh... -Dijo ella, soltándose de su agarre-. nada, es que Agustín quería hacer pizzas y sin querer ensuciamos un poquito.

-Un poquito bastante -Dijo su amigo burlándose-.

-Que querés? -Contestó Agustín, metiéndose en la conversación-.

-Nada, Martina no da más de hambre y queríamos saber si faltaba mucho para comer...

-Nono, ya casi. Hay que dejar que la masa descanse y... y ya las cocinamos. -Dijo nerviosa-. Mientras tanto, andá a cambiarte Agustín, yo sigo sóla.

-Eh, sí. Cualquier cosa si necesitan algo voy a estar arriba... -Contestó él, antes de irse-.

-Qué te pasa? Por qué me mirás así? -Le preguntó ella a su amigo-.

-Pasó algo? -Dijo su amigo, curioso-.

-De qué hablás? No, nada que ver...

-Dale Lu... no me trago el cuento ese de que hicieron éste desastre sin querer...

-No pasó nada Máximo, qué va a pasar. Mejor fíjate la masa, voy a salir a tomar un poco de aire me estoy ahogando. -Dijo ella, saliendo con prisa de la casa-.

-Ahogando? Si recién vino de afuera, jajajaj para mí algo pasó -Dijo Maxi, hablándo sólo, riéndose de la situación-.

N/O:

Agustín no se había arrepentido de decir lo que había dicho, pero sí estaba decidido a tomar distancia, por dos simples razones:
Aunque odiaba admitirlo, se había encariñado con ella y con la pequeña.
Y no quería perderlas, no lo soportaría.
Máximo entró sin previo aviso a su habitación, con las mismas preguntas que le había hecho a su amiga, quería saber qué había pasado.

-Que pasó? -Preguntó sin vueltas su amigo-.

-Nada, no pasó nada... -dijo él, sentándose en su cama-.

-Agus, te conozco, sé que algo pasó. La besaste? Se besaron? Te besó? Te gusta? -Lo interrogó-.

-No me gusta, cómo me va a gustar? -Le contestó Agustín-.

-Y por qué no te puede gustar? -Cuestionó su amigo-.

-Porque no.

-Por Dios Agustín.... no te creo nada, no me mientas.

-No me importa, no me creas. No me gusta, no podría gustarme. Jamás me fijaría en alguien como ella, es simplemente... irritable.

-De que hablás? Ella es increíble.

-No -Interrumpió Agustín-. No insistas. No lo es, no es mi tipo. No me gusta su carácter, no es el tipo de mujer de la que me enamoraría, no la miraría con otros ojos ni aunque fuera la última mujer que pueda llegar a tocar.

Y se rompió, su corazón se rompió en mil pedacitos, lo que ella creía que algún día podía ser posible se desvaneció en cuestión de segundos.
Ella sabía que no debía escuchar detrás de las puertas, sabía que estaba mal, pero no pudo evitar hacerlo. Y fué el peor error que pudo cometer en su vida, porque ahora nada iba a volver a ser igual, nada.