Maybe... i need you. [MYA]

Capítulo 10

N/Ella:

Dios qué hermoso, no puede ser que la música en tan sólo unos minutos me haga olvidar de toda la mierda que estamos viviendo.
Tenía tanto tiempo sin cantar, sin tocar. La música era mi todo, desde siempre. No saben lo que me costó evitar siquiera tararear una canción delante de Máximo y Agustín.
Me moría de ganas de seguir tocando un rato más, pero me moría de sueño, y además debía descansar, ya que al día siguiente debía levantarme más temprano, ya prácticamente no teníamos comida, y teníamos que buscar algo por ahí o nos moriríamos de hambre. Cerré el cierre de la funda de mi ukelele, me limité a guardarlo en donde lo había hecho todo este tiempo, y sin más me acosté, cerré mis ojos y caí en un sueño profundo.
No sé en qué momento me desperté, pero lo hice en ni habitación, sí. Todo parecía un sueño, pero a la vez todo parecía tan real.

-HIJA! LEVÁNTATE QUE TENÉS QUE IR A LA ESCUELA Y YA ES TARDE. -Esa voz, no la había escuchado en un largo tiempo, mi mamá, era mi mamá-.

- ¿Mamá?

-Sí... Qué pasa? Dale Luciana, bajá a desayunar, no entendés que se te hace tarde?

-Hm, sí, perdón... Ya voy, es que -Hice una pausa-. Nada, mejor olvídalo.

Quizás todo fué un sueño, sí... Quizás los putos zombies fueron un sueño, quizás conocí al amor de mi vida y fué sólo un sueño más... Sí, seguro es eso.

-Me acaban de llamar de tu escuela -Dijo mi mamá, mientras me limité a mirarla mordiendo un pedazo de tostada-.

-¿Y? -Dije sin importancia-.

-Se cancelaron las clases, no tengo ni idea de por qué, pero lo único que me dijeron es que lo busque en el noticiero. -Comenzó a cambiar los canales-.

- ¿Qué mierda es eso? -Dije con el ceño fruncido-.

-No sé hija, pero dice que es un virus... Si una persona infectada te muerde, te morís, revivís, y te convertís en uno de ellos? -Dijo leyendo el televisor-. ESO ES DE SATANÁS! -Agregó-.

-Mamá, cálmate. No creo que sea algo así como The Walking Dead o Z Nation o Guerra Mundial Z... Me parece que están exagerando.

-AAAAAAAAAAAAAH! -Gritó alguien en la calle, con un grito realmente desgarrador-.

- No no no, eso no puede ser, no puede ser cierto -Dije mirando hacia la ventana completamente atónita-.

En un movimiento brusco, la puerta se abrió y entraron alrededor de 5 bichos, sin pensarlo dos veces mí mamá me empujó.

- MAMÁ! QUÉ HACÉS? VÁMOS, TENEMOS QUE IRNOS AHORA -Dije desesperada-.

-No hija, yo ya estoy vieja, andá vos.

-ESTÁS LOCA? YO NO TE VOY A DEJAR.

-Luci amor, prométeme que vas a cuidarte y vas a poder con todo esto. Buscá a tus hermanos, y a sus familias. Te amo, nunca te olvides de eso por favor, te amo hija.

No sé en qué momento pasó, y la ví en el piso mientras esos asquerosos muertos comían su cuerpo, su débil cuerpo de señora mayor.
Mi mundo se derrumbó, me quebré, mis lágrimas comenzaron a salir y no aguanté el peso de haber perdido a mi mamá por mí culpa, por mi propia culpa. Comencé a gritar, mis gritos de tristeza se escuchaban en todo el lugar, hasta que sentí una mano cálida sobre la mía que me hizo reaccionar, y abrí los ojos complemente mientras mis lágrimas seguían amenazando con salir de mis ojos, para empapar completamente mis mejillas, fué un recuerdo, todo había sido un maldito recuerdo.

-Lu, ¿qué pasó? ¿Estás bien? Te escuchamos gritando y nos asustamos, pensamos lo peor. -Dijo Maxi, sentado en la orilla de mi cama, preocupadisimo-.

No pude evitar girar hacia mi costado, me sorprendí al ver que era Agustín el que me sostenía de la mano, y aún no me soltaba. Él parecía tan preocupado como Maxi.
No me salía ninguna palabra, tenía un nudo en la garganta que no me permitía hablar, y seguía llorando.

-Maxi, creo que lo mejor es que vayas a buscarle un vaso con agua, no? -Intervino Agustín-.

-Ah sí, claro... Ya vuelvo -Dijo Maxi retirándose-.

-Lu -Le dijo él, era la primera vez aue le decía así-. No es necesario que me cuentes, si no querés lo entiend... -lo interrumpió ella-.

-Mi mamá -Le dijo ella, rompiendo el llanto-. Tuve un sueño en el que reviví un recuerdo, ella... Ella se sacrificó por mí Agus, ella se dejó morir para que yo pudiera escapar y yo... Yo no pude hacer nada para salvarla. -Sollozó y terminó quebrándose-.

Él la miró, y no le dijo nada, sabía que nada de lo que le dijera podría calmarla en ese momento, así que se limitó a agarrarle la cara con la intención de que lo mirara, él quería secar las lágrimas que le cubrían el rostro con sus pulgares, rostro que en ese momento tenía un color rojo, de tanto llorar. La miró unos segundos, la atrajo a él y la acostó sobre su pecho, ella sin pensarlo dos veces se recostó sobre él, rodeándolo con sus bracitos, y siguió llorando, abrazándolo como si le fuera la vida en ello, como si lo necesitara desde que lo conoció, desde que lo vió por primera vez.