La mano de Draco Malfoy se puso en la espalda baja de la pelirroja para guiarla al estacionamiento una vez que nadie aparte de ella, claro, puso objeción a que él la llevara a su apartamento, que compartía con su novio, el contacto con el cuerpo del rubio era cálido y provocaba una sensación que le agitaba la respiración, claro que sabía que él lo estaba haciendo por educación, no porque le llamara la atención.
—Gracias –le sonrió cuando abrió la puerta para ella.
—Un placer –le contestó.
Ginny colocó un mechón rebelde de su cabello detrás de su oreja, estaba nerviosa de tener que pasar tiempo a solas con él, y era extraño, porque jamás había insinuado nada o comportado de forma grosera con ella, a pesar de que su novio, Harry Potter, dijera que era un hombre insoportable, grosero y prepotente, que solo porque tenía dinero, se creía mejor que todos.
—Gracias por ofrecerte a traerme, pero pude haber tomado un uber.
—Descuida, supongo que tu novio hubiese hecho de todo por quedarse un rato más con mi esposa, dejarte ir sola, sería algo así.
—Sigo sin comprender, ¿Qué te hace aceptar las citas, Draco? –Lo observó.
—Mi esposa, me hace feliz que ella sea feliz, y al parecer, para mi desgracia, realmente ve a tu novio como un buen amigo, o lo que será un buen amigo para ella.
—Pero sabes las intenciones de Harry sobre ella –lo observó.
—Bueno, creo ser lo suficiente para ella, la sé satisfacer sexualmente, le doy lo que quiere en todos los aspectos, ¿por qué tendría que engañarme?
—Yo solo decía –se encogió de hombros.
—Pero, me sorprende que tú no tengas ningún problema con tu novio, intentando llevarse a mi esposa a la cama –se burló.
—Él y yo... tenemos ciertos acuerdos en nuestro noviazgo.
—Oh, lo de ustedes es cambiar de parejas, ¿eso es lo que buscan con nosotros? –Se burló.
—Rayos, no –se quejó Ginny –pero digamos que el sexo con alguien más es permitido, siempre y cuando sea solo eso.
—No comprendo.
—Ya sabes, conoces a alguien, te atrae sexualmente, tienes una aventura con él, y se acabó, cero contacto después o antes.
—No necesariamente tienen que estar involucrados los dos.
—Exacto –admitió Ginny, restando importancia.
—Yo realmente, no podría compartirla con alguien –aceptó.
—Cada pareja es un mundo –le sonrió.
El trayecto fue demasiado relajado, la charla fue de un tema a otro sin ningún problema, hablaron de trabajo aunque sin entrar en detalles, le sorprendía la forma en que podía pasar horas con él.
—Es aquí –le sonrió ella.
—Sé que es incómodo esto, pero, ¿podría pasar a tu baño?
—Oh, sí, claro –se burló.
El portero la vio extraño al verla entrar con Draco, le sonrió y lo saludó normal, pero su vista permaneció en el rubio, como tratando de recordar todos los detalles para informarle a Harry después.
El ascensor no tardó mucho tiempo en llegar y el trayecto al piso de la pelirroja y Harry no fue muy prolongado tampoco, él le hizo un ademan para que saliera primero y la siguió.
Draco se quedó inmóvil cuando de inmediato llegó hasta él un enorme y peludo animal, se paró en sus dos patas, llegándole casi al rostro, no prestó más atención que a sus colmillos.
—Basta, Buckbeak –lo reprendió Ginny.
—Oh, es bastante grande, ¿de qué raza es? –Preguntó el rubio, aun inmóvil, ya que el perro no había dejado de olfatearlo mientras gruñía un poco.
—Es un híbrido que encontró Harry en la calle cuando era un cachorro, nunca pensamos que crecería tanto.
—Se ve peligroso –contestó aun con las manos en alto.
—Es solo un perro, no te hará daño.
—Disculpa si no confío en ti –soltó.
—Bien –contestó poniendo los ojos en blanco.
Ginny avanzó hasta él, colocándose entre Buckbeak y Draco, el perro se puso en sus dos patas traseras empujando con fuerza a la chica y haciendo que chocara contra el rubio, que la sujetó de la cintura, pegándola a él y girando, para que el perro híbrido no le hiciera daño, aunque terminó mordido del brazo.
—Diablos –gruñó Draco.
—Cielos –soltó sorprendida Ginny al unísono con él –Buckbeak –lo reprendió en un tono más fuerte –no seas grosero.
El perro se alejó una vez que la pelirroja hizo un movimiento con los brazos para ahuyentarlo, se giró una vez más al rubio con un gesto apenado, él simplemente negó.
—No fue para tanto –comentó.
—Estás sangrando, ven, tengo un botiquín de primeros auxilios –lo sujetó del brazo y lo dirigió a la sala.
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Ahora sí, estoy al día con el evento, intentaré ponerme a escribir, porque no tengo mucho avance, espero que hasta lo que va por el momento, sea de su agrado :D
