XXIX. ESTACIÓN.

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Draco se detuvo cuando vio a una pareja de ancianos caminar con un par de maletas, no supo realmente la razón, pero lo hizo, quizás ella estaba influyendo demasiado en él y no sabía cómo tomar aquello.

—Hola, ¿necesitan ayuda a ir a algún lado?

—No, gracias la estación está a poca distancia de aquí –señaló la mujer, con una sonrisa –pero muchas gracias por la oferta.

—Una estación –repitió sorprendido.

—Así es –asintió –no hay muchas corridas, pero en media hora llegará la primera.

—Claro –aceptó Draco al ver la mirada que le otorgó la mujer.

Los dejó avanzar más, ya se habían negado a que los llevara, así que después de un rato, condujo hasta donde la mujer había señalado, en efecto, había una pequeña estación ahí, sino sabías que existía, fácilmente podías pasarla por alto, lo que le había pasado a él, ya que había dado tres vueltas por ese lugar.

Aparcó lo más decente que su ansiedad se lo permitió y bajó corriendo, el cabello pelirrojo fue lo primero que ubicó de ella, la sujetó del hombro, haciéndola saltar.

—Me traes vuelto loco –sentenció.

—Ah...

—En todo sentido de la palabra, tanto buscándote, como sentimentalmente –confesó –demonios, Ginny, estoy loco por ti, ¿no puedes verlo?

La chica observó a su alrededor, la poca gente que había ahí, los observaba atentos, suponía que había poco entretenimiento en un lugar como ese, así que como culparlos por estar entusiasmados por un posible escándalo.

—El tren está por llegar, así que...

—Viniste conmigo, lo más correcto es que regreses conmigo –informó.

—Draco, en serio, no voy a volver contigo a Londres, vine a la estación con la esperanza de que cuando despertaras en el motel, te marcharas, pero eres malo recibiendo señales.

—Bueno, una nota no hubiese estado mal de tu parte, ¿no lo crees? Desperté y la loca chica que dormía en la cama junto a la mía se había marchado, casi puedo imaginarte caminando de puntas para que no te escuchara.

—En realidad tienes el sueño pesado –soltó en defensa.

—Así que hiciste ruido, para que despertara y te impidiera marcharte, pero como eso no funcionó, en venganza te marchaste, sin decir nada, o dejar una nota, como la gente normal.

Ginny hizo un puchero, meditando sus palabras siguientes, ya todo el mundo había comenzado a dar su pronóstico de lo que había pasado y de lo que pasaría entre ellos.

—No es el momento ni el lugar, deberías volver a Londres, nos veremos en unos días, cuando estés claramente más tranquilo –sonrió, márchate ahora, Draco.

—Oh, qué pena, no es tu estación, y si quiero, me quedo aquí y viajo en tren –sonrió –ya dejemos de actuar como dos adolescentes idiotas y aclaremos las cosas, Ginevra, ¿qué rayos es lo que sientes por mí? Por qué no puedes ir por ahí besándome cada que quieras y suponer que no haré nada al respecto, cuando sabes lo mucho que me gustas, fui honesto contigo respecto a todo, no hay nada más ¿qué más quieres? Porque es evidente que estamos en la misma página.

Ginny observó a su alrededor, la gente ya se había puesto de lado de Draco, y susurraban palabras como "sí, ya que le diga", "que sea honesta y le declare sus sentimientos", "Pobre amigo, soportar tal falta de responsabilidad afectiva".

—Bien, quieres hablar, hagámoslo en una cafetería digna, vamos al auto –comenzó a caminar.

Se hubiese quedado a charlar y darles más espectáculo a esa pobre gente, pero se habían puesto del lado equivocado, así que mejor tendría aquella conversación en un mejor lugar, donde la gente no estuviera pendiente.

— ¿Ahora a dónde vas? –La cuestionó Draco cuando ella se regresó corriendo.

— ¡Olvidé mis cosas! –Respondió enfadada.

—Oh –comentó como todo Draco.

Ginny lo golpeó con su bolso cuando él lo sujetó para cargarlo, y contrario a lo que pensó, ocasionó una risa divertida en ambos, sí, sin duda y sin importar cuanto planeara poner espacio entre los dos, eran demasiado compatibles.

Él cerró la puerta para ella, que no le dijo nada, lo vio subirse al lado del piloto y suspirar relajado por haberla encontrado, la observó, para asegurarse de que realmente era ella.

—Pasaré primero a decir que te encontré, di parte a las autoridades locales.

—Dramático –gruñó.

—No, simplemente no podía ni pensar que algo malo pudiese pasarte por mi culpa, realmente te amo, Ginny –musitó, sujetando su mano.

Aquí con el penúltimo aporte, en serio, creo que no me he atrasado tanto en un Drinny-Con como el de este año, pero bueno, estoy terminándolo, así que me siento orgullosa, ojalá les guste :D

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Aquí con el penúltimo aporte, en serio, creo que no me he atrasado tanto en un Drinny-Con como el de este año, pero bueno, estoy terminándolo, así que me siento orgullosa, ojalá les guste :D

Every Dream || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora