IX. INCOMODIDAD.

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Una vez que a Ginny se le olvidó que le había insinuado a Draco que era alcohólico, pudo pasar un buen rato con él, riendo divertidos de las ocurrencias de uno y otro, sin importarles mucho lo que sus respectivas parejas estuvieran haciendo.

—Iré a ver si no se les ofrece algo, antes de que me vuelvan a llamar mala anfitriona –se burló Ginny.

—Pues a lo que a mí me costa, eres una maravillosa anfitriona.

—Oh, gracias, al menos una persona lo opina –le sonrió.

La pelirroja salió detrás de la isla y caminó hasta la habitación, ya que su novio ni porque había visitas, se tomó la molestia de ir a la sala de estar para atenderlos, y bueno, a Pansy parecía que tampoco le molestaba estar sentada en una silla en la habitación.

Al menos eso pensó Ginny, hasta que entró con una sonrisa, que se quitó de su rostro, al ver a Pansy sentada en su lado de la cama, se había quitado los zapatos, sus piernas largas y desnudas estaban a la vista, reía divertida con Harry, y su llegada no causó ningún efecto, así que sonrió lo más cordial que pudo.

—Venía a ver si no se les ofrecía nada –comentó.

—No, estamos bien, descuida, si al enfermo se le antoja algo, puedo ir yo a la cocina y pedirte lo que él quiera, pero hasta el momento, no ha mostrado incomodidad alguna.

—Sí, ya veo –comentó mordaz y salió sin decir una sola palabra.

La mirada de Draco se posó en ella de inmediato, levantó una ceja al verla de mal humor, pero ella simplemente negó y le sonrió, volvió a sentarse en su lugar y para sorpresa del rubio, se sirvió un poco de whiskey en su vaso, bueno, poco era decir algo decente.

—Si Pansy dijo o hizo algo que te incomodó...

—No, descuida, no es ella –le sonrió.

—Bueno, tomando en cuenta que te uniste a mí a la fiesta temprana, supongo que pasó algo.

—No es nada, es algo con lo que yo tengo que trabajar, descuida, pero... ¿de qué hablábamos?

Draco sonrió divertido y continúo con su charla, la pelirroja volvió a servirse más whiskey conforme se terminaba de un trago lo que se servía, sin duda estaba de mal humor, y le preocupaba que se fuera a emborrachar, aunque... al final, estaba en su casa, no había tanto problema, o eso esperaba el rubio.

—Deberíamos dejar esto por la paz –le quitó la botella.

—Sí, lo supongo –suspiró.

Draco la observó una vez más, desapareció rumbo a la habitación principal una vez, había pasado una hora desde que había ido a ver si nada se les ofrecía.

Ginny abrió la puerta de la habitación una vez más, sin tocar ni nada antes, la escena le agradó poco, la mano de la morena estaba debajo de las mantas, la cara de Harry era de placer absoluto y Pansy estaba casi besándolo.

La esposa de Draco se alejó, completamente llena de incomodidad de haber sido atrapada en un momento tan incómodo, la pareja de morenos se observó mutuamente y después a la pelirroja que no dijo nada, simplemente se dio media vuelta de nueva cuenta y salió.

— ¿Estás bien? –Preguntó Draco, inclinando la cabeza, y frunciendo el cejo.

—Bien –dijo ella, acercándose a él, lo jaló de la playera y lo besó sin decir nada.

Ginny ni siquiera supo si era porque estaba ebria, o porqué razón, pero creyó que Malfoy respondió de inmediato el beso que no era para nada casto ni puro, la sentó en el banco y se colocó de inmediato entre sus piernas, sujetándola del trasero para acercarla a él.

—Demonios –gruñó Draco –me estabas matando, pensé que jamás tomarías la iniciativa, Weasley.

—Cállate –informó ella.

La incomodidad que había sentido al ver a su novio siendo masturbado por la esposa del tipo con el que ahora se estaba besando de forma pasional, quedó atrás, sinceramente en ese momento había perdido toda oportunidad de reclamo.

Los besos apasionados para Draco terminaron más pronto de lo que él mismo hubiese deseado, después de todo, se estaba besando con una chica ebria, aquello estaba fuera de sus costumbres, pero la pelirroja lo había estado volviendo loco.

La sujetó en brazos y la llevó hasta la habitación principal, cuando entró, Pansy estaba en una silla a pies de la cama, así que depositó a la joven pelirroja en su lado de la cama, aunque el perro se giró hasta él y le gruñó, haciéndolo sentir incómodo, como si supiera lo que había hecho con la novia de su dueño en la cocina, la mano de Potter se colocó en su lomo y el animal volvió a echarse sobre la cama como si nada pasara, así que Draco suspiró liberando toda la tensión que había sentido.

La sujetó en brazos y la llevó hasta la habitación principal, cuando entró, Pansy estaba en una silla a pies de la cama, así que depositó a la joven pelirroja en su lado de la cama, aunque el perro se giró hasta él y le gruñó, haciéndolo sentir in...

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Every Dream || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora