XIX. POSESIVO.

187 10 0
                                    

La mirada castaña estaba puesta en el rubio sentado en el pasto sosteniendo una copia de su libro, no era ninguno de los veinte que había colocado en el parque, lo distinguió por la portada, ella había tenido veinte ediciones especiales para ella, pero ¿para qué guardaría tan posesivamente esas copias en un librero? Hizo algo mejor, hizo que alguien que los atesoraría y los amaría más, los tuvieran.

Draco, que tanto se jactaba en ser su fan número uno, no obtuvo ninguna de esas copias.

—No se ve nada feliz –comentó su asistente junto a ella.

—Probablemente no le gustó el libro, lo más seguro es que no sea mi fan, después de todo.

—Ginny –la reprendió.

—Sí, ya sé que fui una estúpida, él no tiene la culpa de nada, solo yo, y mi estupidez.

La pelirroja se dio media vuelta enfadada y se alejó rumbo al auto, el hombre de sesenta años —quien era su secretario—, la siguió sin decir una sola palabra, se limitó a observarla con desaprobación.

—Solo un hombre enamorado confiesa lo que hizo, aun con el temor de perder a quien ama.

—Él no me ama, y nunca lo hizo, y hablemos de otra cosa.

—Ginny, en serio, ¿nunca vas a perdonarlo?

—Suena tan fácil, me dijiste que no perdonara a Harry, que me fuera de ahí en cuanto me enteré de que estaba con Pansy.

—Los mentirosos se merecen entre sí.

—Pues deberían hacer un trío –le informó Ginny –acepto que al menos tuvo más pantalones que Harry al decirme lo que hizo.

—Porque le importas, no dejó de preguntar por ti en cinco meses.

—No has recibido pregunta en dos semanas, así que ya...

—Te conoce, llegó a todas las pistas, y observó a su alrededor buscando por ti, sabía que no era yo quien se hacía pasar por ti.

—Por qué le dije que yo no escribía los tweets, ni siquiera lo sabía –bufó Ginny.

—Ahora lo supo, que eras tú.

—No, Amos, él sabe que nadie me conoce, no saben que soy JM, poner los libros para mí era más fácil que para un viejito –Amos la observó –sin ofender –aclaró.

—Diré hasta que me muera e incluso haré que mi hijo lo ponga de epitafio en mi tumba, que realmente le importas a Draco Malfoy, ¿por qué razón permanecería un tipo con él con alguien que no le gusta?

—Ah, ¿Julian McCarter? Puedo jurarte que piensa que realmente soy un fraude, además, sexo gratis, ¿Quién dice que no?

—Tú, al parecer –le recordó, haciendo que la chica riera.

—Cambiemos de tema.

—Era demasiado posesivo contigo, como para que no le importaras, todo lo que hacía y decía, la forma en que no soportaba que Harry...

—Amos Diggory, en serio –soltó enfadada.

—Me callo, no diré nada más respecto a él.

—Gracias.

—Pero tú...

—Detén el auto –le dijo al chofer.

—Pero...

—Ahora –ordenó.

Ginny se bajó del auto y el chofer avanzó tan rápido como ella no corría peligro, para evitar que Amos la siguiera, sonrió, al menos ese hombre sabía quién pagaba sus cuentas.

Ginny se giró, desgraciadamente no habían avanzado nada, y se arrepintió en un segundo no haber soportado a Amos, hubiese puesto su mente en modo avión, y se hubiese ahorrado toda la desgracia.

El rubio se detuvo frente a ella, bueno, a unos metros frente a ella, su cara de sorpresa debió ser tan estúpida que le provocó una sonrisa ladina, levantó la mano mostrando el libro, como si pensara que ese encuentro era orquestado por ella.

Draco avanzó aprovechando su estupor, quedando tan cerca, que su aliento a yerbabuena le golpeó de forma directa a Ginny, haciendo que se mareara un poco ante el calor de su cercanía.

—Te encontré –murmuró, en un tono familiar y divertido.

No dijo nada, se quedó callada, levantó la mirada hasta la de él, y su mueca no pudo evitarla, demostrando el desagrado que el encuentro le causaba.

—No vas a hablarme, otra vez –murmuró indignado.

La pelirroja observó a otro lado, como haciendo obvia la respuesta, la mano de Draco se estiró, la sujetó de la cintura acercándola a él de forma tan posesiva, sus labios rozaron su mejilla y por fortuna su otra mano estaba ocupada sujetando el libro, así que lo aprovechó, sujetó el ejemplar, llamando la atención de Draco.

— ¿Puedes firmarlo para mí? –Cuestionó conteniendo el aliento.

Aquello provocó que la piel de Ginny se erizara, su corazón pesó un poco más de lo normal, se lo quitó de la mano y lo arrojó al flujo de autos, y usó que Draco fue tras el ejemplar, para escapar de él.

Aquello provocó que la piel de Ginny se erizara, su corazón pesó un poco más de lo normal, se lo quitó de la mano y lo arrojó al flujo de autos, y usó que Draco fue  tras el ejemplar, para escapar de él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy a un aporte de ponerme al día, ojalá les esté gustando como va quedando la historia, muchas gracias por su apoyo :D

Every Dream || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora