HEROES | Peter Parker ⁴

23 | ambos sentidos

Era seguro decir que su primer día no se parecía en nada a lo que imaginaba. Claro, eso era porque la última vez que se imaginó yendo a la escuela, tenía 8 años.

En lugar de ir a clase y hacer amigos al instante, Lyanna se quedó fuera de la escuela con torpeza mientras esperaba que Peter llegara en tren. Obtuvo algunas miradas divertidas de los estudiantes que pasaban, quienes probablemente se preguntaban quién diablos era ella, pero no dejó que eso la molestara.

Cuando vio que el conocido adolescente se dirigía a la entrada, instantáneamente se interpuso en su camino. Casi chocó contra ella, si no fuera porque miró hacia arriba en el último segundo—. Hola.

—Hola —dijo Lyanna alegremente—. Estuve esperándote durante casi una hora.

—Sí, perdí el tren —respondió Peter—. Tuve que tomar otra ruta.

Lyanna puso los ojos en blanco con su significado oculto. Por supuesto que usaría al Hombre Araña como un medio para no llegar tarde—. De todos modos, ¿quieres decirme qué tengo que hacer?

Justo en ese momento, pasó un coche. Un elegante Audi plateado que estuvo a punto de atropellar a Peter si no se hubiera apartado en el último segundo. El chico que conducía el auto tocó la bocina y gritó—: ¡Oye, Pene Parker, sal del camino!

Lyanna lo vio irse, con una mezcla de sorpresa y molestia en su rostro. Peter se había puesto rojo de vergüenza, pero Lyanna estaba sorprendida—. ¿Cómo te llamó?

—No importa —murmuró Peter.

—¿Pene Parker? —respondió Lyanna—. Qué creativo.

—Está bien —dijo Peter—. Ya me acostumbré.

Lyanna negó con la cabeza—. Nadie debería tener que acostumbrarse a ser intimidado. Voy a hablar con él.

Peter la agarró por los hombros mientras ella marchaba detrás del chico, guiándola en dirección a la escuela—. No. Por favor, no te metas con Flash.

—Pero Parker, eso no es justo para ti —se quejó Lyanna, entrando a la escuela con Peter todavía sosteniendo sus hombros.

—Sí, pero yo tengo algo que él no —dijo Peter, y Lyanna renunció a su argumento.

—Ah, ¿tus superpoderes? —preguntó Lyanna, sonriendo.

—Iba a decir una amiga como tú pero... ¿sí? —respondió Peter.

—Eres demasiado tierno. Eh... ¿qué se supone que debo hacer? —preguntó Lyanna con curiosidad.

—Te llevaré a la oficina de estudiantes —sugirió Peter—. Puedes obtener tu horario y luego te mostraré tu casillero.

Peter demostró ser la mejor ayuda, ya que estaba tan nervioso que no se atrevía a decir una palabra fuera de lugar. Lyanna no entendía por qué estaba tan nervioso, porque ella estaba bastante relajada con toda la situación.

La mujer de la oficina fue increíblemente servicial y acompañó a Lyanna por donde estaban todas sus clases mientras Peter se hacía a un lado, cambiando torpemente su peso de un pie a otro. La recepcionista lo notó y sonrió.

—Ah, señor Parker —dijo la mujer—. Puedes mostrarle a la señorita Stark su primera lección. Creo que es inglés con la señorita Owens.

Lyanna volvió a agradecerle a la mujer antes de que ella y Peter salieran de la oficina. Una vez en el pasillo, Lyanna revisó su horario, y Peter miró por encima de su hombro—. Genial, doble química.

Dijo nadie nunca.

—Parece que estamos en casi todas las mismas clases —dijo Peter, pasando el dedo por el horario de Lyanna—. Sí.