Cap 42

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Cuatro meses después...

-Mi amor, estoy bien-insisto y Magnus niega acariciando mi ya abultado vientre

El bebé vuelve a patear y me quejo llevando mi mano a mi vientre

-Esa fue fuerte-me quejo y Magnus aprieta los labios

Tengo casi cinco meses de embarazo, todo ha salido muy bien y hasta ahora he podido tener un embarazo tranquilo a excepción de las náuseas y fuertes síntomas del primer trimestre, y las ahora patadas y antojos.

Pero aunque este bebé no me deja dormir bien en la noche estoy feliz por saber que está sano y fuerte.

Aunque a Magnus no le agrada mucho que no pueda descansar, y menos que lo levante a media noche con antojos. Aún recuerdo cuando lo hice levantarse en la madrugada a cumplirme uno

-Mi amor-lo sacudo tratando de despertarlo-, Magnus.

Se remueve frunciendo el ceño con molestia antes de abrir los ojos y suavizar su expresión

-Mi reina, ¿Que pasa? ¿Te sientes mal?-pregunta alarmado y niego

Mi estómago suena y frunzo el ceño antes de mirarlo

Quiero malvaviscos y chocolate caliente.

-Quiero malvaviscos, y chocolate caliente-murmuro y enarca una ceja

-Pideselo a los guardias-responde y lo miro ofendida

-Me da vergüenza que despierten a los sirvientes-confieso y rueda los ojos

-Para eso están-insiste y lo miro con severidad

-Magnus...

Suspira

-Está bien-murmura antes de levantarse- pero no pretendas que yo haga el chocolate caliente

-Magnus no levantarás al cocinero a esta hora-lo regaño y me mira ofendido

-Ah, ¿Pero me levantas a mi?

-Bueno, yo no hice este bebé sola-respondo con molestia- tú lo pusiste en mi, ¿A caso quieres que me muera de hambre?-cuestiono con lágrimas contenidas en los ojos

Las ganas de llorar se intencifican y acaricio mi pequeño vientre de dos meses mientras intento no llorar

Magnus se acerca a mí alarmado y niega repetidas veces mientras me abraza

-No, yo- no quise decir eso-balbucea-. Perdóname mi reina, no era mi intención hacerte llorar

-Quiero el chocolate caliente-me quejo entre sollozos y él asiente acariciando mi cabello

-Tendrás tu chocolate caliente-me asegura-¿Si te lo preparo dejarás de llorar?

Asiento

-Oh dios, mi esposa es una mimada-murmura con burla y me aparto de él con molestia haciendo que me mire alarmado- bien, perdón, perdón, no lo eres.

»Vamos a la cocina-me extiende su mano- te prepararé tu antojo, vamos.

Tomo su mano aún molesta. ¿Cómo se atreve a decirme mimada?

Él es un mimado, no yo.

Me levanto de la cama y dejo que me acerque a él. Deja un dulce beso en mis labios antes de acariciar mis mejillas

-Te adoro-murmura y asiento haciendo que frunza el ceño con molestia antes la falta de respuesta

»Te adoro-repite

A Thousand Years [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora