El sol se está poniendo en Lacrontte y las personas gritan y sacuden las banderas mientras el automóvil se adentra en las calles.
Todos están sonrientes y esperando mi llegada a la catedral mientras mi padre me acompaña en el auto.
Hoy me uniré en matrimonio con el hombre que amo.
No sé si estoy más nerviosa o feliz, aunque creo que ambas están en partes iguales haciendo que juegue con mis uñas pintadas de blanco.
-Aún tienes tiempo de arrepentirte-murmura papá y una risa se escapa de mis labios
-No-niego con una pequeña sonrisa-no me arrepentiré, solo estoy ansiosa
-Hace nada tenías diez y soñabas con un príncipe-murmura
-Y ahora me casaré con un Rey-respondo con una sonrisa- con un Rey que me ama, y que
pondrá el mundo a mis piesAsiente
Paso las manos por el corpiño de mi vestido cuando veo que nos acercamos a la catedral y
acomodo mi cabello quitandolo de mis hombros.El vestido es tal como lo pedí, hermoso y sencillo, nada demasiado exagerado.
Las flores blancas cubren algunas partes del corpiño del vestido igual que los pequeños diamantes pegados a mano, las mangas caídas del vestido resaltan el escote corazón mientras que flores y brillos cubren la parte de mis senos dejando la parte de el abdomen cubierta solo por unas pocas.
Los risos en mi cabello se ven brillantes y hermosos, yo me veo hermosa.
El auto se detiene y mi madre junto a mia, Emily y Francis es lo primero que veo al bajar.
Mia se acerca ayudando a extender el velo que contiene los mismos diamantes del vestido
haciéndolo lucir sencillo y elegante.-Te ves hermosa-dice mamá abrazándome y noto las lágrimas bajar por sus mejillas mientras se aparta un poco- tus padres... ellos seguro están muy felices
Mis ojos arden ante la mención de mis padres y respiro profundo un par de veces para contener las lágrimas.
-No la hagas llorar mamá-le pide Emily con una pequeña sonrisa antes de acercarse y
abrazarme-te ves como una Reina, espero que seas muy feliz, lo merecesAsiento y aprieto su mano antes de que me entregue el hermoso ramo con rosas.
-Gracias Mily-le sonrío
Liz no está por ningún lado, cosa que no me sorprende. Pero no dejaré que su ausencia me arruine el día más feliz de mi vida.
Francis me sonríe antes de adelantarse y tomo el brazo de papá mientras caminamos a interior de la catedral seguidos por mi familia.
Respiro profundo antes de mirar al frente encontrando a Magnus mirándome con una pequeña sonrisa que hace que los nervios desaparezcan.
Las bancas de la iglesia se encuentran decoradas con rosas, flores de cerezo y velas en blanco y dorado, se ve cálido y majestuoso.
La suave melodía de los violines empieza a sonar seguidos por el violinchelo y le sonrío a Magnus mientras caminamos al altar.
Mis seres queridos se encuentran aquí, incluyendo a Gregorie que se encuentra al lado de Magnus y aprieta su brazo en apoyo cuando su primo desvía su mirada mirando al piso.
Todos nos miran con sonrisas en sus labios y aprieto el brazo de papá cuando mis rodillas fallan por unos segundos.
-No me dejes caer-pido en un susurro y él me da una pequeña sonrisa