Tres días.
Tres días han pasado desde que intentaron tomar la capital Lacrontte.
Magnus no ha despertado y yo siento que me hundo más cada minuto que pasa.
Durante estos tres días no he salido de la habitación, no he hablado con nadie y no me he atrevido a preguntar qué pasó con esos hombres.
Gregorie, Emily, Francis, ellos han intentado hablarme, tratar de saber cómo estoy, pero la
realidad es que no quiero su lástima, no, quiero que me dejen superar esto a mi manera, aún si es aislándome de todos.
Recordar a las víctimas con las que traté hace unos días me ayuda a no caer en el "es mi culpa" porque sé que no lo es. Solo él es culpable, él y sus amigos.
Nadie le ha dado la cara al pueblo, y no es que deban, es mi obligación, lo haré, cuando tenga el valor de levantarme y enfrentar todas las miradas lastimeras.
Justo ahora estoy sentada frente a la ventana, mirando el jardín mientras decido lo que debo
hacer.
Aunque me encantaría hacer todo esto a mi manera, eso podría no resultar muy bien. Necesito ayuda profesional, un psicólogo, pero debo mentalizarme para hablar sobre lo sucedido, cosa que no he querido hacer.
La puerta de mi habitación se abre de golpe sobresaltándome y Gregorie entra seguido por
Francis.
-Es suficiente-dice Gregorie y lo miro inexpresiva
»¿No hablarás nunca más? ¿En serio dejarás que esto te destruya?-se acerca a mí y retrocedo-esta no es la Mary que conozco, ella es guerrera, no dejaría que esos malnacidos se salgan con la suya...
Francis pone una mano en su hombro deteniendo su discurso y mirándolo de manera dura antes de mirarme y suavizar sus expresiones dándome a mi una mirada de calidez.
-Majestad, no diré que entiendo lo que está pasando, porque no es así-comenta con suavidad-lamento mucho lo que le pasó, y me lamento aún más no haber podido protegerla.
Trago grueso
»Pero es la reina, tiene que darle la cara al reino-sigue- no puede dejar que se desestabilice, hay que hacer algo, y solo usted puede.
»Sé que usted es una mujer fuerte, déjenos ayudarla, y salga ahí a demostrarles que lo que hicieron no sirvió de nada, nosotros estaremos respaldándola, se lo prometo.
Lo soy, soy una mujer fuerte y no dejaré que esto me hunda, no les daré el placer de decir que me quebraron.Respiro profundo antes de aclarar mi garganta
-Gracias, Francis-asiento- sé lo que debo hacer, y lo haré.
Ambos se miran un poco sorprendidos de que sus palabras hayan funcionado.
»Saldré, pero antes de darle la cara al pueblo necesito saber algo-sigo- ¿Qué pasó con ellos?
-Están en la prisión-responde Gregorie- están aislados en celdas cerradas, sin ventanas, y sin beneficio a agua, comida o baños.
Asiento
No sé si estoy completamente preparada para hablar con ellos, pero merecen un castigo, y antes, les demostraré que tan cruel puede llegar a ser un Lacrontte.
-Reunanlos-pido- venden sus ojos, tapen sus bocas, llevenlos a un lugar cerrado dónde pueda verlos, les mostraré algunas cosas.
Una parte de mi murió con lo que pasó, no lo negaré, y eso significa que a partir de este momento, no tendré piedad con quién no la merece.
-Mary...-inicia Gregorie
-No-lo corto- es todo lo que diré, haré esto por Magnus, por el Reino y por mi. No quiero
hablar sobre eso, y nadie debe saber lo que pasó ¿Entendido?
Me mira en silencio, sin entender.
No estoy lista para hablar de esto con los demás, no ahora. Primero necesito ayuda.
-Mejor salgamos-murmura Francis en dirección a Gregorie
-Buena idea-suelto antes de entrar al vestidor.
Un vestido liso negro con una capa rosa con flores bordeando desde el escote en corazón hasta la espalda.
Me hago un maquillaje sencillo y cepillo mi cabello antes de volver a salir del vestidor y mirarme en el espejo de la peinadora
Puedo hacer esto, puedo hacerlo. Por mi, por Magnus y por el Reino, puedo y debo hacerlo.
Respiro profundo y aliso mi vestido con las manos antes de caminar hacia la puerta y abrirla causando la impresión de los guardias.
-Majestad-se inclinan y enderezo mi espalda levantando la barbilla antes de caminar hasta la habitación principal
-Abran-ordeno
Abren la puerta y entro rápidamente respirando profundo cuando veo a mi esposo acostado en la cama, vulnerable.