Aquella mañana el sol brillaba más que en cualquiera otra desde que había llegado hacía ya un año a King's Landing, y aunque desde el balcón todo se veía impresionantemente maravilloso, como proveniente del más frío de los rincones de Poniente era consiente de que aquello solo implicaba que pronto el clima sería terrible.
La puerta de su habitación se abrió, y al notar que su hija dentro se movía para salir, supo exactamente bien de quién se trataba por lo que no se movió ni un milimetro de su lugar.
-Mi reina...
-Aunque me alaga que alguien reconozca mi verdadera posición en este lugar, No deberías llamarme así o haras que tu Mano me mate antes de parir.
Los brazos de Viserys rodearon el cuerpo de Naara para acercarla a él, volteandola con suavidad para acariciar así comodamente el abultado vientre que era el hogar protector de su futuro hijo.
-Otto jamás te haría daño, eres parte de mi vida
-Estuviste con Alicent anoche
La mirada del rey, totalmente divertida por los notables celos de su esposa, se posó ahora en sus brillantes ojos grises mientras subía las manos de su vientre hacía su rostro donde dejo pequeñas caricias que Naara rechazó quitandose bruscamente al darse cuenta que este se burlaba abiertamente de algo que a ella no la había dejado pegar ojo en toda la noche.
-Rompiste tus votos. Pude entenderlo con Aemma, no esperaba que fueras a buscarme a Winterfell cuando te quedaste solo por lo que entiendo que te acostaras con Alicent también pero ahora estoy aquí Viserys.
La voz de Naara por primera vez desde que se encontraba en aquel lugar sonaba débil, incluso rota puesto que en la presencia del rey se permitía mostrarse como lo que era. Una simple mujer enamorada que intentaba recuperar su familia.
-Ella también es mi esposa Naara, tengo deberes y es aún la reina ante los ojos de mi pueblo. Tengo que mantener las apariencias.
-PUES YO YA NO QUIERO MANTENER LAS APARIENCIAS!
En cuanto la mujer grito el rey no dudo ni un segundo en alejarse de ella permitiéndole movilizarse a sabiendas que está no dudaría en arrancarle un ojo de un arañazo si decía algo incorrecto en aquel momento. Berrinches del embarazo que había tenido que lidiar más de una vez pero que sabía que proveniendo de una loba de Winterfell podían llegar a ser mucho más peligrosos.-Soy tu esposa Viserys! Soy la verdadera reina y mis hijos son quienes deberían estar parados delante, preparándose para el trono. Odio que miren a Ellarya por sobre sus hombros, como si fuera la sombra de todos tus malditos bastardos
-Ten cuidado con como hablas de mis hijos Naara
-Y tú ten cuidado con lo que vas a hacer a partir de ahora Viserys... Por qué mi amor por tí termina dónde mis hijos corren riesgo. Tu maldita reina conspira para asesinar a mi bebé. Y si tú no tienes los huevos para defendernos, aún sin dragones haré arder este maldito castillo con todos dentro si algo le sucede a alguno de mis hijos.
Viserys ya no dijo una palabra más, simplemente miró con cierta lastima a la mujer no sabiendo claramente si debía enfadarse por las amenazas o disculparse con ella al notar que realmente parecía nerviosa con toda esa situación.
-Descansa Naara, mi hijo necesita paz
En cuanto el rey se marchó, Naara regreso la mirada hacia los jardines aguantando una maldición interna que prometía envenenarla a ella misma de no soltarla en algun momento, dónde Ellarya y Rhaenyra quienes parecían estar cada vez mas unidas, reían en el césped totalmente desentendidas de lo que acababa de pasar allí arriba. Por un momento, pensó que quizás ella exageraba. Ellarya parecía bastante cómoda en presencia de sus hermanastros más pequeños a quienes parecía adorar y con quiénes pasaba largas horas jugando. Ahora también parecía comenzar a entenderse con Rhaenyra e incluso había logrado hacerse un lugar entre la familia siendo aceptada por muchos ya... Pero algo la incomodaba, sentía todo el tiempo la sombra de la muerte persiguiendolas cómo pago por haber querido reclamar más de lo que tenían y si ya estaba detrás de ellas, minimamente Ellarya merecía probar aquello por lo que su vida corría peligro.
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The Wolf who raised a Dragons
Fantasy"-Los Targaryen pertenecen al fuego... los Stark somos del Frío Norte, incluso podría decirse que del hielo mismo. Pero tú mi pequeña dragón, tú perteneces al trono de hierro-" Naara Stark. Los Targaryen eran de pura sangre Valyria, señores dragón d...