Esᴘᴏsᴏs ᴅᴇ ᴅɪᴀ Y Eɴᴇᴍɪɢᴏs Dᴇ Nᴏᴄʜᴇ +18 (Terminada )

|CINCO|

Estoy en mi dormitorio pensando en si es correcto lo que estoy haciendo.
Aaron no es el prototipo de hombre de quién me enamoraría.

Es tosco, frío, demandante y siempre anda enojado.

_Lo haces por tu familia_ me digo en un suspiro.

Me dirijo hacia la ducha, el agua fría cae por mi cuerpo, mientras mi mente está en lo que paso anoche.

La familia de Aaron no es como creí, son amables y divertidos, pude notar como Aaron no tiene buena relación con ellos. ¿Que abra pasado para que sea así?

Salgo de la ducha y me pongo uno de los vestidos que me regaló.

Este es negro con tiras finas y llega hasta mi muslo, se ajusta perfectamente a mi cuerpo y resalta mis pecho.

Me maquillo natural y aplicó brillo labial, por último me pongo las sandalias negras y peino mi cabello en una media cola.

Mi teléfono vibra _Estoy abajo, tienes dos minutos _

¿Este hombre solo sabe dar ordenes?

Tomo mis llaves y mi teléfono y salgo.

Está apoyado en su coche de lujo color negro, trae un traje azul oscuro y su cabello está perfectamente peinado hacia atrás.

—Sube— ordena abriendo la puerta.

—Hola a ti también— pronunció irónica.

Nadie habla, nadie pronuncia palabra Alguna.  Esto es incómodo.

—¿Dónde iremos?

—¿Dónde quieres ir?

—No lo sé, fue tu idea no la mía.

—Bien. Iremos almorzar y luego a la feria que se encuentra en la ciudad— contesta, no me miro en ningún momento.

—Bien.

Estaciona en un restaurante lujoso, mientras yo solo puedo ver a las personas de la alta sociedad vestidos como si estuvieran en una pasarela.

—Buenas tardes, yo seré su mozo el día de hoy, ¿Que desean ordenar—

Su cabello es rubio, y sus ojos celestes.
Trae un delantal negro, su rostro parece angelical mientras sus labios carnosos ipnotizan, estoy tan sumida mirándolo que no me doy cuenta que ambos hombres me están mirando a mi.

—¿Vas a ordenar? ¿O prefieres seguir comiendote al chico con la mirada?— sí será idiota

—No hacia tal cosa— miento.

Fijo mi vista al menú y de me atraganto con mi saliva.

—¿Ochenta dólares un pedazo de carne?—

—Tu solo ordena, no te fijes el precio — contesta Aaron.

—Pero esto vale más que de mi departamento.

—Si no te callas, te callo yo— responde cabreado clavándome la mirada.

—Solo decía_—murmuro

El mozo llega y pregunta que ordenaremos, no puedo pedir nada de aquí es demaciado costoso.

—Yo quiero carne a la vinagreta y una botella del mejor vino que tengan— ordena

—¿Y para la señorita?— fija sus hermosos ojos celestes en mi y no logro articular palabra alguna.

—Lo mismo— Reaccióno —pero sin el vino.

—Es una botella por pareja.

El chico se va y mis ojos siguen cada movimiento, hasta que una voz gruesa me interrumpe.