Esᴘᴏsᴏs ᴅᴇ ᴅɪᴀ Y Eɴᴇᴍɪɢᴏs Dᴇ Nᴏᴄʜᴇ +18 (Terminada )

|TREINTA|

                               ~Aaron~

—¿Que hacemos en un aeropuerto —Preguntó girandose para mirarme con las cejas fruncidas.

El día había llegado, y, siendo honesto me encontraba aterrado. Sentía miedo, miedo de perderla, miedo de que no le guste mi sorpresa, miedo de quedarme sin ella.

—Hay algo que te quiero mostrar— dije, tomando su mano para guiarla al interior del helicóptero, a la vez que observo su expresión confusa.

No le quite la mirada ni un segundo, me preguntó cómo es que pude vivir antes sin ella.
En tan solo meses cambio quien era, me enseñó que el amor va más allá de lo que se ve a simple viste, que es más profundo de lo que creía, me mostró que amar es entregarte en alma y corazón, es ver el mundo de otro color.

Me hizo ver cuan equivocado estaba en el pasado, y, es que, con solo verla sonreír, con solo ver el brillo que atraviesa en esos ojos azules, me doy cuenta que ya perdí, que me enamore por completo de esta mujer. Hizo que mi corazón le pertenciera, pero, ¿Alguna vez dejo de ser suyo?, Calmo a mis demonios y obligo a mi alma a danzar junto a la suya de por vida, ella era todo lo que necesitaba y no lo sabía.

Emma Blosson se había vuelto mi necesidad y no me importaba gritarlo a los cuatro vientos.

—¿Donde estamos yendo?— preguntó, sacándome de mi ensoñación.

Camine unos pasos y tome asiento a su lado. Las nubes negras se veían atravez de la ventana y abajo de ellas el gigantesco mar.

Quería sorprenderla, aunque sospechaba que en el fondo ya lo supiera.

—Pronto lo sabrás— sonreí y acaricié su mejilla.

Ella cerró sus ojos disfrutando de mi caricia, se ve tan frágil que temo lastimarla otra vez.

Una hora después el Helicóptero aterriza en nuestro destino y mis nervios crecen con cada segundo que pasa.

Un camino de velas nos guía, flores exóticas adornan el lugar, la arena blanca junto al mar dan una vista preciosa.

Las velas acaban y Emma abre sus ojos sopredida por lo que hay frente a sus ojos, su boca se encuentra ligeramente abierta y aquello me causa gracia.

—¿Te gusta?

—¿Es una jodida broma? — aún no sale del asombro cuando posa jus orbes sobre mi —Claro que me gusta, es hermosísima.

—Emma— pronuncio haciendo que se gire.

—¿Si?

—Esto es un obsequio para ti, bueno, en realidad la isla entera en para ti.

Si hubiera palabra para describir su cara, juro lo haría.

—¿Que?— su voz se torna dulce, provocando me ganas de besarla allí mismo.

—Crei que tener un lugar alejado de la ciudad y la gente nos haría bien, aquí podemos hacer lo que deseemos sin miedo a que nos vean.

—¿Compraste una mansión en una isla para que estemos juntos, solo...tu y yo?

—Asi es. — abrí la puerta de la entrada con ella siguiendo mis pasos —Bienvebida a la isla: Emma Blossom.

Luego de habernos instalado y rrecorrido todo, (literalmente todo), nos encontramos sentados en la arena, con la melodía de las olas y el hermoso infito mar.

me gustó ver la felicidad de Emma y como chillaba por cada lugar nuevo que descubria de la casa.

—Gracias— la escucho decir.