Capítulo VIII: Serpiente

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Ella lo miró entre sorprendida y confusa, pues realmente había aceptado su destino de morir a manos de esas criaturas

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Ella lo miró entre sorprendida y confusa, pues realmente había aceptado su destino de morir a manos de esas criaturas. Aquel hombre tenía un porte gallardo, destilaba masculinidad y poder por todos los poros de su cuerpo. Sus cabellos negros se agitaban frente a su rostro y sus ojos afilados permanecían mirando escrupulosamente los movimientos de la chica.


Por su uniforme podía deducir que era un soldado."Armada Roja" se podía leer en su escudo dorado bordado a mano en el chaleco. Era muy alto en comparación a ella, le sacaba dos o tres cabezas. Sakura decidió dejar de mirarlo y centrarse en recoger su arma, después de ese golpe de suerte quizás podría obtener balas.


—Tu nombre.- Exigió él.


—Sakura.- Susurró a regañadientes después de su actitud.- ¿Y el tuyo, "serpiente"?- Burló acercándose, más su expresión cambió al ver la de él.


—Eso no te incumbe ni te importa.- Bramó en un susurro.- Así que cierra el pico, ¿dónde están los demás?- Cuestionó.


—No, no...Así no se trata a una mujer, ¿no te enseñaron o qué?- Dijo enojada.- Y no sé dónde coño están, yo...- No pudo continuar hablando, las palabras se le quedaron atoradas en la garganta.


Serpiente comenzó a andar en dirección opuesta a la que ella había tomado anteriormente. Sus pasos eran concisos y firmes, propios de un militar, o lo que pareciera ser. Sakura lo seguía desde la distancia a un metro aproximadamente. Él la incomodaba.


—Aquí Serpiente desde el área 3.2, solicito posición, soldado.- Dijo por el intercomunicador que de su cuello colgaba.


Estamos a 60 metros de su posición, señor.- La voz era suave, con un matiz nervioso propio de un cadete.


—Recibido, estaremos allí en un cuarto de hora, cambio y corto.- Y sin más cortó la comunicación. Ella suspiró, el resto de la caminata seria en silencio si la situación seguía tensa.


Y maldijo su suerte.


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